Una noche larga (fragmento)Erich Maria Remarque
Una noche larga (fragmento)

"Me deslicé escalera abajo. Se percibía el olor de la comida. Había pescado. En el descansillo de la escalera había un arcón italiano. Muchas veces había pasado a su lado sin reparar en él. En aquel momento examiné las tallas con tanto detenimiento cual si hubiera ido a comprarlo. Seguí caminando como un sonámbulo. En el segundo piso hallé una puerta abierta. La habitación estaba pintada de color verde claro. Las ventanas habían sido abiertas de par en par y la camarera se hallaba ocupada en dar vuelta a los colchones. ¡Es extraño cuántos detalles percibimos cuando creemos no ver nada a causa de la agitación!
Golpeé la puerta de un amigo que vivía en el primer piso. Se llamaba Fischer y en cierta ocasión me había mostrado una pistola qué poseía para considerar más llevadera la vida. El arma le daba la ilusión de llevar esa existencia miserable y desesperada del emigrante por propia voluntad, pues se le ofrecía la alternativa de interrumpirla cuando quisiera.
Fischer había salido, pero la puerta de su cuarto no estaba cerrada con llave. No tenía nada que ocultar. Entré con el propósito de esperarlo. No sabía con exactitud lo que quería realmente, si bien sabía que necesitaba pedirle prestada la pistola. Comprendía claramente que era una locura matar a Georg en el hotel, pues eso significaría poner en peligro a Helen, a mí y a los emigrantes que allí se alojaban. Me senté en una silla y traté de sosegarme. No lo logré. Permanecí con la mirada fija en un punto. De repente un canario empezó a trinar. Su jaula pendía entre dos ventanas. No la había visto al entrar y me sobresalté; cual si alguien me hubiera empujado. Poco después Helen entró en el cuarto. "



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