Embalse (fragmento)César Aira
Embalse (fragmento)

"Pensando en estos tres encuentros atroces, sobre todo en el último, el del barco, que había tenido sus momentos agradables, Martín se decía que el resultado no debería haber sido tan negativo para él. Adoptando la actitud de su esposa, podía decir: "por lo menos, conocimos". Eso no podía negarse: la novedad de lo que había pasado. Pero algo había quedado en él: el disgusto del descubrimiento. Había muchas cosas que lo deprimían, antes o ahora o después: siempre que pensara, siempre que estuviera vivo. En él se combinaban las desventajas del hombre histórico, y las del hombre ahistórico; y no tenía ninguna de las ventajas de los dos. Lo peor que tenía toda esta secuencia, era el quantum de realidad. Lo peor, y podía decirse, lo único. Era como cuando uno se decía: "Sucedió lo que yo más temía." ¿Pero acaso eso no puede decirse siempre, no es la cantinela que acompaña a la vida toda, como una inexorable música de fondo? Que hubiera alguien inmensamente rico, y hermoso, e inteligente, y vicioso, y que fuera real, real de veras, tangible, vecino... Como una fantasía que se corporeizara. Eso podía envenenar incluso la mejor disposición. "


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