Le Harem (fragmento)Frédérique Hébrard
Le Harem (fragmento)

"Ruido tenue…
Ruido antes de la luz…
Tintineo, susurro, nacimiento del día, cada mañana me despiertan las cabras que Clitemnestra conduce a las montañas.
¿A qué comida los guía en este desierto de piedra?
¿Seguir al rebaño y a su pastora de faldas negras? ¿Violar los misterios? No me atrevo a apresurar la revelación. Y yo permanezco deslumbrado en el umbral de Grecia y de lo que ella me concede.
Phos, pequeña isla sin mármol, guardiana de manantiales invisibles, ¿eres la «pequeña isla escarpada, intransitable para los caballos, buena para la cría de cabras» que encontró Ulises?
Phos, Luz, patria de mi casa con sus terrazas luminosas, es aquí, en esta encrucijada de mi vida, aquí sólo, donde puedo encontrar la fuerza para esperar la respuesta de hoy.
Desde este balcón encalado, excavado en la roca, rodeado de una higuera y una parra, observo el horizonte.
¿Vela blanca? ¿Velo negro?
El mar está vacío como una pantalla azul. Las embarcaciones pequeñas no cuentan. El barco de Theodore no regresará hasta esta noche.
En ese momento lo sabré.
La respuesta habrá caído, oráculo helado o radiante, de la boca de ebonita...
A pesar del calor de la primavera, una marea de ansiedad me cubre con su fría espuma. No me atrevo a moverme, como si el más mínimo gesto pudiera llevarme a lo insoportable, el más mínimo movimiento de aire pudiera barrer la esperanza. "



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