Gente de Hitler (fragmento) "Recurría al sarcasmo para reducir al ridículo a los objetos de su desdén. Su amigo Ernst «Putzi» Hanfstaengl detectó el uso del lenguaje con que los escritores bromeaban en los cafés de Viena, un humor burlón que lograba su efecto sin sonar excesivo ni grosero. Al mismo tiempo, durante los años veinte Hitler desarrolló la capacidad de ir más allá de los simples eslóganes y acertó a impresionar a sus audiencias con un dominio considerable de los detalles. Preparaba y ensayaba los discursos y, aunque con la ayuda de unos pocos apuntes, hablaba sin leer un guion, por lo que el público se quedaba con la impresión de que se expresaba espontáneamente, desde el corazón. Según dijo, del Partido Socialista austríaco había aprendido a dirigir propaganda a unas masas cuya capacidad intelectual limitada las hacía receptivas a un llamamiento emocional. Para atraparlas era preciso desplegar eslóganes simples, repetirlos sin descanso y no matizar el mensaje principal ni desviarse nunca de él. La masa era femenina, había que dominarla. Al poco de empezar a dedicarse a la oratoria pública, Hitler se dio cuenta de que poseía un talento extraordinario para ello y pronto adquirió mucha confianza en aquel mundo político nuevo al que se estaba incorporando. " epdlp.com |