El traidor (fragmento)Nikolaus Hein
El traidor (fragmento)

"Apenas despierto, todavía al amanecer, Matthäus fue llamado ante el alcalde. Lo estaba esperando en el pasillo y casualmente le preguntó si había estado allí.
No se molestó y se detuvo mientras colocaba carteles, y cuando Matthäus lo negó, dijo, levantándose enojado, bueno, esos tipos siempre son cobardes, y romper papel no requiere mucho coraje, pero los detendrán, y ahora definitivamente habría que comprar nuevos carteles. Y él, Mateo, debería partir inmediatamente hacia Luxemburgo. En la sede del gobierno él sería el que decidiera la administración de las nuevas vacunas en número suficiente. Llamó al sirviente para que lo acompañara porque los caminos no son seguros cuando cae la noche. Lo presionó. El dinero habitual para subsistir, medio franco, en mano. Entonces Matthäus se puso de nuevo su ropa de domingo y pronto...con el sirviente hacia el bosque alto por donde el camino conducía hacia el interior. El sirviente, llevaba en la espalda una cesta de mimbre con todo tipo de delicias. La chimenea, regalos para entregar a varios señores de la ciudad. Era un tipo hablador y ruidoso de uno de los pueblos cercanos, de pueblos prusianos, un prusiano forzado, hace 15 años que todavía era luxemburgués, y Mateo estaba tan molesto por su jactancia que, por puro enojo, no aceptó ni una palabra. El otro explicó cómo a los agricultores de allá les va tan bien ahora, no saben nada sobre los impuestos de molienda y matanza, y la semilla proporciona el estado en los años malos a crédito, los viticultores habían tenido años dorados, los comerciantes de vino de Tréveris recogieron el mosto de debajo del lagar, y no necesitaron esconder el aguardiente debajo de la leña y, de todos modos, allí cada palabra que decía era: “Aquí... No te detengas”. ¡Y sólo cuando empezó a hablar de los militares! En Maguncia sirvió en la artillería pesada, e hizo todo lo posible para explicarle el manejo del arma a Matthäus, quien ni siquiera estaba escuchando, y fingiendo. ¡Oh, qué vida tan animada era aquella! Y las muchachas renanas... Chasqueó la lengua. Sí, allá saben lo que es un estilo de vida y lo que es un negocio, pertenecer a un gran país vale algo. "



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