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Arboleda (fragmento) "En las iglesias rumanas hay dos lugares, separados uno de otro, donde los creyentes encienden velas. Puede tratarse de dos nichos en la pared, de dos repisas o de un par de candeleros metálicos con velas que flamean. El lado izquierdo alberga las velas para los vivos; el lado derecho, las velas para los muertos. Cuando fallece una persona por la que, en vida, se encendió una vela en el lado izquierdo, la vela ardiente es trasladada a la derecha. [...] Mi padre me leía en voz alta, pero en italiano, que yo no entendía. No hay que entenderlo todo, decía él, y seguía leyendo; con el tiempo, las palabras adquirieron un efecto sosegador, las encontraba bellas y las interpretaba a mi manera. A veces le preguntaba una palabra, y él la soltaba, escueto, en alemán: Hier, Vielleicht, Links, Berg. No sé qué libro me leyó, probablemente una guía de viaje, porque en una ocasión le pregunté por una palabra que tuve que repetir varias veces: altiplano. Hochebene, dijo por fin mi padre, y la voz me resultó tan extraña como altiplano. Mas no insistí, pues las explicaciones de mi padre eran interminables y poco esclarecedoras. Preferí escuchar el italiano. [...] Declinaba el sol, el cielo se enarcaba en capas de naranja, rojo, púrpura y lila sobre aquel paisaje cuyas superficies de agua reflejaban los colores perfilados por unas líneas terrestres cada vez más negras. […] Oí unas cercetas comunes al otro lado del estanque, unas avefrías a lo lejos y, después, unos martinetes. Me dispuse a partir. En los últimos paseos traté de grabarme lo que había visto a diario en aquel lugar: las aguas con las estrechas franjas de tierra en medio; las líneas que los pájaros trazaban en el cielo sobre el paisaje; los colores de las ruinosas construcciones de ladrillo a la luz cambiante; las pálidas cañas del carrizo; las garzas serenas, la inercia invernal de los flamencos y el quieto cortejo de los camiones. Se acerca el final. Hay que volver. Hay que volver, aunque nadie nos esté esperando. Todo vuelve. Todo acaba por volver. Todo menos nosotros. " epdlp.com |