My Foolish Heart "¿Te acuerdas de Alma Adams? ¿Te acuerdas de Alma Adams cantando “My foolish heart”? La luz del seguidor la buscaba en una especie de juego por el telón de boca hasta encontrarla apenas apoyado el brazo en la banqueta alta y circular donde después finalizaba la canción. ¿Te acuerdas de su cara de luna, la piel de arena fina en la mano moviéndose según su gesto breve? Tenía cara de luna y el pelo como césped recién cortado que se peinaba dócil, clásica y sobria. Para “My foolish heart” ella usaba un vestido prusia inolvidable, como una de esas cosas fijas por los clavos de bronce que a veces utiliza la memoria a su antojo. Olía a delicadeza, una delicadeza incorporada por mi sangre hasta llegar a la respiración, nerviosa, entrecortada, mientras bailábamos con atracción de imanes, como hiedras, un cuerpo único, indisoluble, flotando a la deriva, como un nudo amarrados, haciendo de nosotros una consagración. El jazz band propiciaba un sobrecogimiento, una atmósfera de misterio magnífico expandido por todo el cabaret. ¿Será que nadie que no sea un hiperbólico, un idealizador con una siquis atrayente y llena de arrogancia como la mía se acuerda de Alma Adams? ¿Tú tampoco te acuerdas? ¿No la viste salir nunca del mar cuando las plantas de sus pies trataban de aplastar en vano, esas pequeñas crestas de olas residuales que llegaban a la orilla en estado de desintegración? ¿No la viste en la noche posesiva donde era su costumbre reconocer un sitio para ir habitando la viña del señor, la casa del Alibi, algún viento que llegara a circular por sus pupilas? ¿Fue alguien realmente esa mujer, tuvo los atributos propios de una persona, acceso a las palabras, extremidades, vientre, senos orgullosos que te miraban siempre por encima del hombro, la espalda como un cielo azul de oro? ¿No fuimos Alma y yo juntos a Camagüey? ¿Yo dispuesto a morir fabricando delirios y otras mitologías? Cuando logro dormir, martes y jueves, la siesta los domingos, en un determinado lugar nos encontramos y la ambiciono tanto que la pierdo de vista como si se escurriera, volviéndose borrosa, transfigurada en algo interrumpido que se aplaza hasta que logra desaparecer." epdlp.com |