Samad Said Salina (fragmento) "Y al igual que ayer, las cabras mamaban de la leche de su madre, que era muy pesada. ¡Parecía que se morían de hambre! Su estiércol era redondo y pegajoso, como pequeñas semillas de makjun, en sus patas. La mayor parte seguía siendo redondo. Pero algunos estaban aplastados porque las mismas cabras los habían pisado repetidamente. Y él sabía que por muy sucia que estuviera Siti Salina por fuera, esa suciedad no llegaba a lo más profundo de su corazón. Me sentí muy extraño, extraño porque hay personas que no quieren pensar mucho, no quieren encontrar la manera de 'elevarse' para que la gente las vea como más valiosas que la gente común. Si el señor Samad me preguntara: “¿Qué encuentra usted en la vagina de una chica?”, yo le respondería: “Dolor, señor", empero, ¡No todo lo vil es vil, ni todo lo grande es noble!" El Poder de la Palabra epdlp.com