Matthias Zschokke Maurice mit Huhn (fragmento) "De nuevo, nada que hacer. Esto lleva semanas así. Al parecer, la gente ya no puede permitirse mis servicios. O quizás ya no creen que valga la pena acercarse a mí y pedirme ayuda. Día tras día, me siento en mi oficina, en mi silla, en mi escritorio, y lo único que me mantiene ocupada es no dejar que el pánico aumente y acostumbrarme poco a poco a esta inútil y lenta forma de arrastrarme de un día para otro. ¿Te acuerdas de Popol? El comediante que conocí en tu casa hace tiempo, en Grunewald, durante el espectáculo aéreo. Ahora se hace llamar Flavian Karr. Un nombre artístico. Me invitó a cenar esta noche. Justo ahora, mientras me afeitaba frente al espejo del baño, me encontré deseando con todo mi corazón poder quedarme en casa. ¡Qué fresco es el aire y qué bien huele en un baño centroeuropeo como este!, pensé. ¡Qué tranquilo te espera un apartamento como este tras la puerta, con los brazos abiertos! ¡Qué agradable es no tener que hablar con nadie (mi amiga no está)! Ah, tú, mi querida camisa, pensé, ¿por qué demonios tengo que cambiarte hoy? Podrías perfectamente usarte un día más, si tan solo no tuviera que volver a ver a nadie; y tampoco habría tenido que lavarme ni afeitarme, si me hubiera podido quedar en casa hoy. ¿Por qué quiere verme? ¿Qué quiere de mí? Somos amigos, ¿y qué? ¿Qué tenemos que decirnos? Nuestros días pasan, sí, en efecto, las semanas pasan, los años pasan, pero todos se parecen y no aportan nada que valga la pena contar." El Poder de la Palabra epdlp.com