La aventura equinocial de Lope de Aguirre (fragmento)Ramón J. Sender
La aventura equinocial de Lope de Aguirre (fragmento)

"La rana o sapo fue sorprendido por la culebra cuando quería comerse alguna alimaña pequeña, pero lo culebra fue sorprendida cuando acababa de comerse al sapo. Y el cocodrilo fue cazado y muerto cuando acababa de tragarse a la culebra. Ahora el hombre era el último peldaño de aquella curiosa relación de fracasos y victorias. La tragedia de un ser era la victoria de otro. Así son todas las demás cosas del mundo -se decía Lope, con ánimo ligero- y hay que andar alerta y madrugar.
(...)
Se dolía de la suerte de aquellas lejanas mariposas que ponían en el aire un inmenso reflejo flotante y que hacían que las brisas cambiaran de color. Seguramente habían salido de la otra orilla empujadas por algún céfiro y contaban llegar al otro lado, pero perdieron la brisa al llegar a la mitad del camino y no podían más. La nube luminosa fue bajando y por fin la mayor parte cayó al agua. Iban las mariposas tan cerca unas de otras que el río, en un espacio de más de mil quinientas varas, cambió de color y parecía que habían puesto sobre él un tapiz de seda. "



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