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El futón (fragmento) "Antes de que el último acontecimiento sucediera, había tenido la intención de impartirle a su alumna una lección sobre esta obra. Había querido mostrarle la aflicción y los sentimientos particulares de Johannes Vockerat. Él había leído esa novela hacía tres años, cuando no había ni soñado con la existencia de esa bella muchacha. Y, por aquel entonces, ya era un hombre solitario. Aunque no se atrevía a compararse con Johannes, si acaso hubiera conocido a una mujer semejante a Anna, sin dudarlo se habría dejado llevar por la pasión de igual modo, incluso a sabiendas de que lo conduciría a un final trágico. Ahora, al reconocer su propia situación, lamentó profundamente no poder ser ni siquiera como Johannes. No había llegado a enseñarle Almas solitarias a su alumna, pero sí el relato corto de Fausto. Relato en nueve cartas, de Turguénev. Se encontraban a solas los dos en el estrecho estudio de cuatro tatamis y medio, bien iluminado por una lámpara de estilo occidental. Los ojos expresivos de la joven brillaban expectantes, tal vez encendidos por su corazón henchido de anhelo en pos de una intensa historia de amor. Los rayos de la luz de la lámpara le iluminaban la parte superior del cuerpo, permitiéndole al maestro observar con nitidez su moderno peinado hisashigami y la peineta y el lazo que lo adornaban. Y, cuando ella acercó su rostro al libro que compartían, su exquisito perfume y el aroma de su cuerpo de mujer le arrebataron el sentido. Su voz varonil tembló al explicar el capítulo en que el protagonista leía en voz alta a su amada su relato favorito, el Fausto, de Goethe." epdlp.com |