Zmitrok Biadulia Yazep Krushinsky (fragmento) "El molino de Kurganishchi está en plena marcha. Lleva cuatro años a pleno rendimiento. Alrededor del molino hay dependencias: un establo para los caballos y un edificio cálido para los porteadores. El propio Krushinsky siempre está en el molino. Ahora tiene un molinero, el obrero Ryhor. Stefka es la contable. Pesa la piedra de molino, emite los billetes y los anota. Toda la fuerza vital de Kurganishchi está en pleno auge. El molino está cubierto de polvo de harina por dentro y por fuera. Las paredes de madera se han asentado y se están reforzando económicamente. La vida en el molino y sus alrededores es muy animada. El molino atrae a gente de toda la zona. Incluso los importadores vienen de la ciudad de Shapalevichi. «Aquí se extienden caminos y senderos desde todas las direcciones, como en la antigua Roma», bromea más de una vez el padre Dimitri. "¡Hago todo conforme a la ley!", explica Krushinsky con seriedad. —¡Todo es legal! Pago tres mil rublos en impuestos al estado. Lo bueno es que ahora ya no tengo que temerle a nadie. ¡Todo es legal! En el molino, Krushinsky no puede estar quieto ni un minuto. Lo están destrozando, de aquí para allá. Ni siquiera tiene tiempo de leer la carta que lleva en el bolsillo esta mañana. Pero es interesante leer quién le escribe a Stefka y qué hay escrito en ella." El Poder de la Palabra epdlp.com