Espuma negra (fragmento)Haji Jaber
Espuma negra (fragmento)

"Cada vez, profundizaba más en la construcción de su historia, añadiendo muchos adornos innecesarios. Normalmente no le gustaba este método, ya que así dejaba de ser el propietario y dueño de la historia. En cambio, esta se convertía en propiedad de sus oyentes. Contar historias era un juego peligroso, y el relato podía escapársele de las manos justo cuando creía que era completamente suyo. Aun así, sentía que esta era una buena prueba de su capacidad para narrar, o mejor dicho, para inventar. Después de todo, narrar era inventar. Cualquier otra cosa era solo una imitación deficiente, una simple transmisión de una historia inventada por otro.
[...]
Entonces, de repente, levantó la cabeza y preguntó: “Por cierto, ¿Con cuál de tus nombres te gustaría que te llamara?” La pregunta lo sumió en la confusión. ¿Debería decir Dawoud, con todas las derrotas y pérdidas que ese antiguo nombre conllevaba? ¿O debería elegir David, un nombre más nuevo, pero con tantas experiencias amargas? ¿O debería quedarse con el pequeño Dawit, sin saber con certeza si era diferente de sus predecesores? No podía deshacerse de estos nombres y todo lo que conllevaban. Cada uno era un peso que arrastraba tras él, como un armario lleno de recuerdos, y parecía no poder pasar por alto ninguna angustia sin guardarla en ellos. No sabía si le daba a cada nombre su forma y rasgos miserables o si era al revés. Lo que sí sabía era que sus numerosos nombres se parecían mucho a él, encajaban bien con él y su vida amputada. Estos nombres, que había querido que fueran salvíficos, se habían convertido en una carga. Pensó que, aunque siguiera cambiando entre todos los nombres, no cambiaría su destino. Por lo tanto, se sintió un poco más compasivo con los nombres, ya que el maleficio formaba parte de su destino. Nombres, al fin y al cabo, solo eran harapos; no podían ocultar su destino. Salió de su confusión y le dijo que lo llamara como quisiera."



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