Leer para vivir, escribir para contar (fragmento)Ana Santos
Leer para vivir, escribir para contar (fragmento)

"Las lecturas instructivas, entre las que se encontraban textos sobre higiene, buen comportamiento, urbanidad, etc., tuvieron un gran éxito y fueron muchos los títulos que se editaron, algunos en sucesivas ocasiones. Las lecturas morales estaban encaminadas a preparar a la mujer para el matrimonio y el papel que debía cumplir en la familia, así como a fomentar su religiosidad a través de lecturas piadosas. Las lecturas prácticas se dirigían a la formación de la mujer para la vida cotidiana y para su propio cuidado, proliferando los títulos de revistas dedicados a consejos para las mujeres sobre belleza, moda o cocina. En cuanto a las lecturas literarias, a pesar de la amenaza que suponía “para la estabilidad moral e incluso mental de las mujeres”, experimentaron un aumento extraordinario, fomentado por la aparición de la novela por entregas y el folletín. Destacan las novelas románticas o de contenido moralizante y la poesía, y se crean colecciones destinadas solo a las mujeres, como Biblioteca Perla, Biblioteca de Señoras, Biblioteca del Correo de la Moda, etc.
Las publicaciones periódicas, revistas y periódicos experimentaron un importante crecimiento durante el siglo xix, no solo en el número de cabeceras, sino también en la influencia que este medio de comunicación ejerció en la sociedad. Se fundaron revistas destinadas a las mujeres y dirigidas por ellas (El Correo de la Moda, Semanario Pintoresco Español, Revista de las Familias, etc.) cuya línea editorial estaba dedicada a temas femeninos y, en ocasiones, los artículos de opinión escritos por mujeres contribuyeron a justificar la misión de cuidado que la mujer debía ejercer en la sociedad.
El auge de la lectura por parte de las mujeres se manifiesta también en las representaciones pictóricas y en personajes que aparecen en las novelas del momento. Algunas mujeres protagonistas de novelas leían habitualmente y buscaban en el acto lector reforzar sus ideas y encontrar el camino para ver cumplidos sus deseos. Se pueden encontrar personajes femeninos muy relevantes en las novelas de Emilia Pardo Bazán, como Ana Ozores en La Regenta o Amparo en La Cigarrera, que leía periódicos a sus compañeras mientras trabajaban, entre otros personajes femeninos qua aparecen en sus obras, para quienes la lectura constituye un camino de acceso al conocimiento y, por lo tanto, de la libertad que anhelan."



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