Les Impatientes (fragmento) "Continuó su monólogo largo rato. No me pidió mi opinión. Le parecía inimaginable que no quisiera casarme con él. Sí, hubiera sido inconcebible. ¿Qué chica se atrevería a rechazar a un hombre tan importante? El asunto estaba zanjado. Lo había hablado con mi tío. El resto era pura formalidad...El camino de la vida para las mujeres es difícil, hija mía. Los momentos de despreocupación son breves. No tenemos juventud. Conocemos muy poca alegría. Solo encontramos la felicidad donde la cultivamos. Depende de ti encontrar una solución para que tu vida sea soportable. Mejor aún, para que tu vida sea aceptable. Eso es lo que he hecho yo todos estos años. He pisoteado mis sueños para asumir mejor mis deberes. [...] - ¡Es tan joven, tan hermosa! —¿Cómo pudiste ver su belleza, Safira? ¡Tenía la cabeza gacha y cubierta de tela negra! ¡Estás delirando! Y los celos te están jugando una mala pasada. - ¡Es tan claro que casi es blanco! "Eso no significa que sea guapa. Solo viste su tez y dedujiste que es guapa. Tú también tienes la piel clara. Pero qué más da. Es como si solo las más claras fueran las más guapas. Dime, Safira, ¿dónde tiran a las negras para que yo pueda tirarme allí con mi fea piel negra?", añade, riendo para animar el ambiente...Era mujer, y por lo tanto paciente y fuerte. Había aprendido a sonreír cuando quería gritar, a callar cuando quería chillar. Pero ese día, sus ojos reflejaban una determinación férrea, una rebelión silenciosa que decía mucho de su fuerza interior." epdlp.com |