Villy Sørensen Formynder Fortællinger (fragmento) "De niño, era lechero y silbaba tan estridentemente por la mañana que hería profundamente a muchos buenos clientes y los hacía quejarse. No lo despidieron de inmediato, porque en aquellos tiempos de bonanza era difícil conseguir que los lecheros madrugaran tanto, pero la Lechería Central le aconsejó que no silbara tan temprano y despertara a la gente mientras dormía. Así que esperó para silbar hasta que la mayoría se hubiera levantado sola, pero para entonces los escolares ya iban camino a la escuela y silbaban al unísono. Hubo un concierto de flauta en todas las calles escolares y continuó en muchas escuelas porque los escolares no podían parar. Entonces, al lechero se le prohibió silbar. (...)  En ese doloroso momento se hizo evidente que sin silbar podía emitir sonidos con los que incluso los escolares se conformaban. No era exactamente cantar, sino una especie de grito, y no sonaban más difíciles de lo que muchos niños creían poder imitar y gritaban al unísono. «Puro entusiasmo»." El Poder de la Palabra epdlp.com