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El elegido (fragmento) "Yo volví de la muerte muchas veces a padecer la vida… No he podido seguir leyendo. Comprendo —a lo largo de mi vida casi infinita he comprendido muchas cosas— que la imaginación del poeta lo lleve a fantasías como la de esos dos primeros versos del poema; pero yo me pregunto: ¿Puede algún hombre saber o intuir qué se siente cuando se vuelve de la muerte? En realidad, creo que yo mismo ya casi lo he olvidado. El poema está firmado por alguien cuyo nombre he visto impreso a menudo en este país. Ahora leo únicamente los suplementos ilustrados de los periódicos. Cuando hace unos dos siglos salieron los primeros diarios me parecieron una novedad; leía todo lo que podía, política, editoriales, economía. Después también me cansé de eso y en los últimos cuarenta años, desde que llegué a la Argentina, leo únicamente los suplementos de los domingos; es una costumbre a la que me he obligado a aferrarme y que olvidaré también cuando deba irme de Buenos Aires. Creo que tendré que hacerlo pronto; ya hay demasiada gente que me conoce. Ahora las cosas son más difíciles que antes; policía internacional, pasaportes, telégrafo, radio, aviones. Retomo el poema: Yo volví de la muerte muchas veces. ¡Qué estupidez! Con volver una es suficiente. Hace años que no pensaba en esas cosas. En la vida que me he hecho ahora, bastante solitaria, a veces por días enteros tengo la ilusión de ser realmente el hijo de un coleccionista de antigüedades, cuya casa y clientes he heredado. Clientes que han envejecido mientras yo conservo mi aspecto de hombre joven y prematuramente agobiado, cansado quizá; también en esto, dicen ellos, soy asombrosamente parecido a mi supuesto padre. Creo que podré seguir unos años más así, luego desapareceré como siempre." epdlp.com |