Por la segunda avenida (fragmento)Ezekiel Mphahlele
Por la segunda avenida (fragmento)

"Nunca puedo recordar Marabastad en los meses lluviosos de verano. Siempre la recuerdo en sus inviernos. Y tampoco me acuerdo del calor excepto cuando estaba junto al fuego o el sol.
Practicaba ciclismo el lunes por la mañana en el suburbio Waterkloof con un fardo voluminoso del lavado sobre el manillar. Era una mañana tan fría de pleno invierno que temblaba por todas partes. Vestía una chaqueta muy ligera, raída y rasgada. La nariz, labios, oídos, los dedos de los pies parecían objetos gruesos separados del resto del cuerpo, parecía que el frío ardía en las puntas de mis nervios.
Llegué a una plaza. En lugar de dar la vuelta a mi derecha no lo hice. No podría. No podía mover el manillar de la bicicleta debido a la presión del fardo. En la dirección opuesta un grupo de muchachos blancos se dirigían hacia mí. Tomaron la curva, justamente cuando mi bicicleta se dirigía hacia el mismo lugar. Ellos se montaban unos sobre otros. Por una u otra razón no apreté mis frenos. Quizás mi mente estaba preocupada todavía por la tarea nada fácil de girar el manillar. Entré corriendo contra el primer muchacho de la fila, que cayó sobre el siguiente, y así sucesivamente. Mi bicicleta fue a golpear contra el bordillo, y yo me encontré en el suelo casi en una fracción de segundo.
¡Bastardo! gritó al muchacho que se había caído primero.
Sus amigos vinieron hacia mí y tres de ellos me dieron patadas sobre mi parte posterior y mis muslos. Maldijeron y maldijeron, montándose más tarde en sus bicicletas y abandonándome junto al frío, el dolor y la insensibilidad. Recogí el fardo y me arrastré sobre la acera apoyándome contra un árbol. Estaba demasiado desconcertado para pensar. "



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