Plegaria del médico (fragmento) Maimónides
Plegaria del médico (fragmento)

"Dios Todopoderoso, inspírame con mi amor por mi arte y tus criaturas. No permitas que la sed de ganancias o que la ambición de gloria y admiración hayan de interferir en la práctica de mi profesión, pues éstas son los enemigos de la verdad y del amor a la humanidad, y pueden descarriar en el noble deber de atender el bienestar de tus criaturas. Sostén la fuerza del cuerpo y de mi espíritu a fin de que esté siempre dispuesto con ánimo a ayudar y sostener al rico y al pobre, al bueno y al malo, al amigo y al enemigo. Haz que en el que sufre yo no vea más que al hombre. Ilumina mi mente para que reconozca lo que se presente y para que sepa discernir lo que está ausente o escondido. Que no deje de ver lo que es visible, pero no permitas que me arrogue el poder de ver lo que no puede ser visto, pues delicados e infinitos son los límites del gran arte de preservar las vidas y la salud de tus criaturas. No permitas que me distraiga. Que ningún pensamiento extraño desvíe mi atención de la cabecera del enfermo o altere mi mente en sus silenciosas labores, pues grandes y sagradas son las reflexiones requeridas para preservar la vida de tus criaturas. Dios Todopoderoso, tú me has elegido en tu misericordia para velar sobre la vida y la muerte de tus criaturas. Ahora estoy libre para practicar mi profesión. Ayúdame en este gran deber para que así se beneficie la humanidad, pues sin tu ayuda ni lo más mínimo tendrá éxito. (...) Concédeme siempre fuerzas, tiempo y ocasión para corregir lo adquirido. Hoy puedo creerme seguro de mi conocimiento y mañana obtener una nueva luz que me permita reconocer el error anterior, porque nada es definitivo ni terminante ante el avance continuo de la historia y de la ciencia. Haz que mi espíritu esté siempre alerta; que junto a la cama del enfermo ninguna cosa extraña turbe su atención; que nada lo altere durante sus trabajos silenciosos. Que mis pacientes confíen en mí y en mi arte; que obedezcan mis prescripciones e indicaciones. Arroja de mi lado todos los curanderos y a multitudes de parientes "aconsejadores" y "sabios". Hazme humilde en todo pero no en el gran arte. "


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