Diez días que estremecieron al mundo (fragmento)John Reed
Diez días que estremecieron al mundo (fragmento)

"Crucé el río y me dirigí al Circo Moderno, para asistir a uno de esos grandes mítines populares que se celebraban en toda la ciudad y cuyo número aumentaba cada noche. En un anfiteatro desnudo y lúgubre, alumbrado por cinco pequeñas lámparas pendientes de un hilo delgado, se apretujaban en las mugrientas gradas, desde la arena hasta el techo, soldados, marineros, obreros y mujeres, en expectante actitud, como si su vida estuviera sobre el tablero. Hablaba un soldado de la S48º división:
—¡Camaradas! —gritaba, y sus rasgos acusados y sus gestos desesperados expresaban una sincera angustia—. Los que ocupan el poder nos exigen sacrificio tras sacrificio; pero a los que todo lo poseen se les deja tranquilos... Estamos en guerra con Alemania. ¿Pedimos acaso nosotros a los generales alemanes que sirvan en nuestro Estado Mayor? Pues bien, estamos en guerra con los capitalistas y, sin embargo, les pedimos que nos gobiernen... El soldado quiere saber por qué y por quién lucha. ¿Por Constantinopla, por la liberación de Rusia, por la democracia o por los bandidos capitalistas? Demostradme que lucho por la revolución, y entonces marcharé y combatiré, sin necesidad de que se me amenace con la pena de muerte... Cuando la tierra pertenezca a los campesinos, las fábricas a los obreros y el poder a los Soviets, entonces sabremos que tenemos algo y combatiremos para salvarlo. "



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