Instituciones divinas (fragmento) Lactancio
Instituciones divinas (fragmento)

"Los filósofos paganos no han dejado ningún precepto sobre la virtud de la humanidad. Animados de una especie de falsa virtud, excluyeron del ser humano la misericordia, con lo que aumentaron la miserias del hombre que pretendían sanar. Aunque reconocían que debía conservarse el vínculo de la sociedad humana, ellos en realidad lo rompen con el rigor inflexible que atribuyen a la virtud. También se debe señalar otro error suyo, pues juzgan que no se debe dar nada a nadie.

Alegan varias razones por las que los seres humanos se vieron obligados a construir ciudades. Aseguran que los hombres, nacidos originariamente de la tierra, llevaban una vida errante por los campos y bosques, sin estar unidos entre sí por ningún vínculo de derecho o de lengua; que no tenían otro lecho que las hierbas y el follaje, ni otras casas que los antros y las cavernas, y que estaban expuestos a los ataques y a ser presa de las bestias y de los animales feroces. Entonces, los que escaparon de ser despedazados o habían visto que las fieras devoraban a sus allegados, advertidos del peligro que corrían, buscaron a otros e imploraron su socorro, haciéndose entender por medio de gestos. Después —dicen— intentaron comunicarse con sonidos, e imponiendo un nombre a cada cosa, poco a poco perfeccionaron la facultad de hablar.

Como no bastaba el ser muchos para defenderse completamente de las fieras, empezaron a construir murallas, ya para procurarse un reposo tranquilo durante la noche, ya para librarse de las incursiones de las bestias, no luchando, sino por medio de las fortificaciones levantadas .

Cuán necios eran los hombres que inventaron estas insensateces! Qué miserables los que las transmitieron por escrito o de palabra! Como conocieron que los animales habían recibido de la naturaleza el instinto de agruparse, de huir de los peligros, de evitar los males, de refugiarse en las cuevas, juzgaron que los hombres habían aprendido de su ejemplo lo que debían temer y lo que debían buscar, y que nunca se habrían reunido ni habrían inventado el lenguaje, a no ser que algunos de ellos hubiesen sido comidos por las fieras.

Otros sostuvieron que estas imaginaciones son delirios, como ciertamente así es, y que el origen de la sociedad no fue el temor a ser despedazados por las fieras, sino la misma humanidad, pues la naturaleza inclina a los hombres a huir de la soledad y a buscar la comunicación y la compañía de los demás. "



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