Espectros (fragmento) "Regina: (a media voz) ¿Qué quieres? A ver si te estás quieto. ¡Estás chorreando! Engstrand: Es la lluvia de Dios, hija mía. Regina: Querrás decir del diablo. Engstrand: ¡Jesús, cómo hablas, Regina! (da unos pasos cojeando) quería decirte que... Regina: Bueno, pero no hagas tanto ruido con tu pie, porque el señorito está durmiendo arriba, precisamente encima de nosotros. Engstrand: ¿Duerme aún a estas horas? ¡En pleno día! Regina: Eso no te importa. Engstrand: Anoche me corrí una verdadera juerga. Regina: Lo creo sin esfuerzo. Engstrand: Ya ves, hija mía, uno es hombre y es débil... Regina: Eso, por descontado. Engstrand: ...y abundan las tentaciones en este bajo mundo. Sin embargo, Dios sabe que estaba entregado a mi trabajo a las cinco de la mañana. Regina: Bien, bien. ¿Y si te fueses ahora? No quiero permanecer aquí de rendez vous contigo. Engstrand: ¿Cómo dices? ¿Que no quieres qué? No lo he captado bien. Regina: Que no quiero que te encuentren aquí. ¡Anda, vete! Engstrand: (dando unos pasos hacia ella) No, Dios mío, no me iré sin haberte hablado. Esta tarde terminaré mi faena ahí, en la escuela que se acaba de construir, y esta noche tomaré el vapor para regresar a mi casa de la ciudad. Regina: (entre dientes) Buen viaje. Engstrand: Gracias. Mañana se inaugura el asilo y habrá comilona con bebidas fuertes. Aun así, no podrá decir nadie que Jakob Engstrand no sabe resistir la tentación cuando se tercia. Regina: ¡Lo que es eso!... Engstrand: Sí. Va a reunirse aquí mañana mucha gente empingorotada. Entre ella, el pastor Manders, ¿no? Regina: Llega hoy. Engstrand: Ya lo suponía. Y, a fe mía, me propongo que no tenga ningún motivo para recriminarme a ese respecto. " epdlp.com |