Vacilación (fragmento)Anthony Burgess
Vacilación (fragmento)

"Entiendo perfectamente, señor, el apremio del gobierno de su Majestad por traer a Roper de regreso. Ha habido cuestionamientos en el Parlamento, sobre todo desde que la agencia Tass difundió con júbilo los avances decisivos en la investigación de combustibles para cohetes y la cadena Eurovision trasmitió imágenes de la bestia del Apocalipsis desfilando un Primero de Mayo por Moscú. En cambio, no consigo entender la razón por la cual me han encomendado, justo a mí, efectuar la repatriación de Roper; a no ser que se deba a la total y absoluta confianza que —modestia aparte—diría que me he ganado a pulso durante estos quince años de servicio al Departamento. Pero seguramente no se le escapa, señor, que sobrevive en mí un vestigio de simpatía hacia mi antiguo compañero de colegio, y sin duda estará al tanto de que, hasta el momento de su deserción, Roper y yo sostuvimos una especie de amistad, aunque repleta de lagunas: la guerra, la paz, su matrimonio, mi nombramiento en Pula. La última comunicación de Roper con Occidente fue aquella postal que me envió, con un mensaje en clave que sigue dando quebraderos de cabeza a los descifradores: «Cuatro menos dos minutos...sus entrañas... están manchadas con la sangre de los mártires». Aclaremos de una vez por todas algunas cosas sobre Roper. El primer enfoque no funcionará con él: estoy convencido de que es imposible persuadirlo de cualquier regreso. Como buen científico, cree firmemente que debemos dejar atrás el pasado. Jamás desperdició un segundo espulgando antiguas respuestas abandonadas. Se podría decir que Roper es un hereje, siempre que se añada que su herejía es la misma que usted suscribe: la creencia de que la vida puede mejorarse y el hombre ennoblecerse. No me corresponde a mí, desde luego, juzgar semejante estupidez. Tener una filosofía no es asunto de mi competencia: yo no soy sino un técnico especializado. "


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