Deshielo (fragmento)Ilija Trojanow
Deshielo (fragmento)

"Explicar el hielo, esto fue lo que me llevó desde el primer momento a esta tarea, que me llegó inesperadamente, como caída del cielo. El colega Hölbl, ahí parado y disfrazado como un mensajero que tiene que entregar una alegre noticia, cerró su paraguas y preguntó si debía quitarse los zapatos a la entrada. Ya no sé si dijo «¿Puedes hacerme un favor gigantesco?» o «Quiero pedirte algo», si me miró sonriendo irónicamente o me escudriñó detalladamente, en el instituto corren los rumores de que me he echado a perder, así, sin trabajo, sin matrimonio, sin algo que me pudiera motivar, se me puede provocar muy fácilmente, se han dado ustedes cuenta, ya no acepta más invitaciones, aunque nunca ha sido muy sociable —palabras que inician con «social» siempre me parecieron sospechosas, «sociedad» (un espejismo), «sociable» (un balanceo de cadáveres), «aprendiz» 1 (un esclavo por su propio bien)—, se convierte completamente en un eremita, pronto se desmoronará, así se pronosticó, según Hölbl, pero a pesar de su sarcástico informe era evidente que también él se preocupaba por mí, se le veía realmente un rostro preocupado, esto me conmovía y enojaba al mismo tiempo, por todos aquellos que se vuelven locos por un mal salario, que les salen ampollas en los dedos y mierda en el cerebro, a todos ellos los supone gente como Hölbl que no tienen una decaída de su inteligencia. Desde su perspectiva yo estaba enfermo, por la falta de hielo. Inteligente, como él era, en ese día lluvioso de otoño no se me acercó como terapeuta, más bien intentó convencerme de ayudarlo, porque había dado su palabra dos veces, él confirmó una sin rechazar la otra, los típicos casos de poligamia (Hölbl intentaba con todas sus fuerzas animarme), me atrajo con todos los medios, él me decía muy convencido que iba a tener muchas historias amorosas a bordo, como si yo me acabara de graduar de un internado para hombres jóvenes, ahí se pesca tan fácil una amante como un resfriado disfrutando la situación despreocupadamente, porque lo del amor nunca aterriza, se garantiza el descanso, no hay estudiantes a bordo (con sus graciosos esfuerzos Hölbl se vendió un poco por debajo de su precio), algunas conferencias, algunas excursiones a las colonias de pingüinos, esto básicamente ya describe las tareas, en total es como una temporada de relax pagada, busy working holiday, como se dice a bordo, entenderás la lengua náutica muy rápido, el tema durante el sueño, inglés sin trabajo, tengo que ir al baño, por lo pronto puedes ver las fotos que te traje. El tacaño sólo trajo fotos de mala calidad, las formas se me hacían conocidas, los colores artificiales, extendí las fotos en la mesa, unas al lado de las otras y por encima de otras, hasta que ya no se veía nada más de la mesa. Hacia donde miraba —nieve congelada, ranuras que brillaban a la luz del sol, olas cristalinas—, cosas ya conocidas, y sin embargo miraba hacia un mundo desconocido, en donde glaciares terminan en el mar en lugar de los valles, las fotos formaban una belleza cicatrizada, me limpié las manos en el pantalón, cada palabra que me susurraba el agua Antártida estaba congelada, toqué de manera tímida un iceberg y dejé una huella, no está mal, ¿no?, Hölbl estaba a mi lado, sonreía irónicamente, no está mal, ¿no? Golpeaba con su mano derecha el brazo del sillón, su sonrisa explotó como fuegos artificiales. Hay momentos en los que quieras o no te tienes que reír, si no se quiere perder la lengua en común. Semanas después me encontraba con las piernas temblando en el auditorio de un crucero y me sorprendió cuántos se habían presentado a mi primera conferencia (primero en inglés a las 9:30, después a las 11:00 en alemán), más espectadores que nunca en mi primera lectura, lo que faltó en espectadores jóvenes se compensó con una sobredosis de gente mayor. Los pasajeros se sienten comprometidos a conocer la Antártida, se suben al barco con pocos conocimientos, anhelan más información, eso me viene bien, ya que me permite dejar mi huella en su perspectiva de lo desconocido. En este viaje, que no se compara con cualquier otro viaje, se sumergen en publicaciones formativas en lugar de leer, como en otros lados, novelas policíacas, para relajarse les gusta leer «El peor viaje del mundo», de frente a frente con el hielo eterno, incluso los autistas de la civilización sienten una cierta carencia de lo propio. Me escucho hablando y me sorprende mi tono parlanchín, cuando África chocó con Europa resbaló la Antártida en el extremo sur y se congeló —con los Alpes formando la zona de impacto. La Antártida significa «anti-Ártico», así nombrada por Aristóteles porque por razones de armonía hacía falta una contraparte en el sur y en un principio el hombre sólo había descubierto el hielo del norte. Un travieso, que afirma que él nunca confundió el Ártico y la Antártida, les tengo una estrategia infalible, una estrategia que tiene que ver con pingüinos y osos para adaptarla más al ámbito zoológico, porque los pingüinos se encuentran, como todos sabemos, solamente en la Antártida, y los osos polares en el Ártico, y esto tiene sus buenas razones, porque «Ártico» proviene del griego antiguo y significa «perteneciente a un gran oso». Si lo tienen presente ya no confundirán nunca más el Norte y el Sur, al contrario de todos sus amigos en casa que lo primero que preguntarán será cómo ha sido todo en el Ártico. Pero si los osos polares se extinguieran, ya no sería adecuado el nombre de «Ártico», necesitaríamos otro nombre, con gusto acepto propuestas, hoy y en cada día de nuestro viaje. No se preocupen, incluso cuando ya no existiera el Ártico —y esto lo experimentarán todos ustedes que ahora aquí se encuentran sentados, si continúan tomando beta bloqueador y sus demás medicamentos (no lo digo en voz alta, esto me lo reservo para mí)—, la Antártida será la contraparte durante toda la existencia humana. Algunos pasajeros sonríen. Juntos atravesamos la historia del hielo y de las rocas, con la ayuda de una tabla cronológica, en la que el homo sapiens apenas puede entender su presencia, en ciertos días tengo que trabajar duro para que los pasajeros no se mareen con tantos ceros. Ártico y Antártida, señoras y señores, estamos hablando sobre contrastes extremos: por un lado hielo temporal, por otro lado tierra firme, por un lado el deshielo sin parar, por otro lado hielo con una profundidad de hasta cuatro mil metros. Por un lado condenado a la extinción, por otro lado protegido escasamente y aún no perdido. Por un lado espejo de nuestra destructividad, por otro lado símbolo de nuestra razón. Lleguemos al grano: arriba malo, abajo bueno, arriba infierno, abajo cielo. Estamos hablando, señoras y señores, de los dos polos de nuestro futuro. Me detengo, más tiempo de lo que requiere abrir el segundo archivo power-point, quiero tomarme el tiempo necesario para llegar a la cima y poder desarrollar el efecto deseado, antes de ilustrar lo afirmado, así como lo hizo Hölbl un día en mi mesa, ya sea en fotos de baja calidad o en una pantalla iluminada, los paisajes de hielo tienen tal fuerza, el auditorio renuncia a cualquier posible carraspeo, nos unimos al silencio de algunos pájaros en alta mar. "


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