El hielo (fragmento)Vladimir Sorokin
El hielo (fragmento)

"Nave del nuevo almacén de Mosobltelefontrest.
Un todoterreno Lincoln Navigator azul oscuro.
Ha entrado en el pabellón. Calla el motor. Los faros rescatan de las sombras el suelo de hormigón, cajas con
transformadores, bobinas de cable subterráneo, un compresor diesel, sacos de cemento, un barril lleno de betún,
unas angarillas rotas, tres envases vacíos de leche, una
barra, colillas, una rata muerta, dos pilas resecas de excrementos.
Gorobovetz regresa a pie hasta las puertas. Tira de
los asideros. Las hojas de acero rechinan, se encuentran.
Echa el cerrojo. Escupe. Vuelve hacia el coche.
Uránov y Rutman se han bajado. Abren el maletero. En el suelo del todoterreno yacen dos hombres con las manos esposadas y las bocas tapadas.
Llega Gorobovetz.
—El interruptor está por allí —Uránov saca una
madeja de cuerda.
—¿Es que así no se ve? —Rutman se quita los
guantes.
—No mucho —Uránov entorna los ojos.
—¡Colega, lo que cuenta es que se oiga! —Gorobovetz sonríe.
—La acústica aquí es buena —Uránov se frota la
cara en un gesto cansado—. Vamos allá.
Extraen a los prisioneros del coche. Los conducen
hacia dos columnas de acero. Los atan a conciencia. Se
ponen de pie rodeándolos. Silenciosos, clavan sus miradas
en ellos.
La luz de los faros ilumina a la gente. Los cinco son rubios de ojos azules.
Uránov: 30 años, alto, de hombros estrechos, rostro enjuto, inteligente, viste una gabardina beige.
Rutman: 21 años, de altura media, flaca, de pecho llano, figura juncal, rostro pálido, corriente, cazadora azul
oscuro y pantalones de cuero.
Gorobovetz: 54 años, barbudo, bajo, corpulento, manos nudosas de campesino, pecho de toro, rostro basto, abrigo de piel vuelta amarillo oscuro.
Los atados:
1.ºUnos 50 años, gordo, bien cuidado, cara colorada, traje caro.
2.ºJoven, lambrija, de nariz curvada, granujiento, tejanos negros y chaqueta de cuero.
Sus bocas están tapadas con cinta adhesiva transparente.
—Comencemos con éste —Uránov señala con la cabeza al gordo.
Rutman saca del coche un cofre metálico alargado.
Lo deja en el suelo de hormigón ante Uránov. Abre las
cerraduras metálicas. El cofre resulta una mini nevera.
Dentro se hallan yuxtapuestos dos martillos de hielo: cabezales cilíndricos de hielo, astiles largos escabrosos de madera unidos a los cabezales mediante correas de cuero crudo. La escarcha cubre los astiles.
Uránov se ha puesto los guantes. Ha cogido un martillo. Ha dado un paso hacia el atado. Gorobovetz le ha desabrochado la americana. Le ha sacado la corbata. Ha tirado de su camisa. Los botones se han derramado. Han quedado al descubierto el fofo pecho blanco con pezones pequeños y el crucifijo dorado colgado de la cadena. "



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