La Cruz del Sur (fragmento)Roberto Pagés
La Cruz del Sur (fragmento)

"Ese río, piensa Ana en el baño madrileño insospechadamente helado, ese río donde había sido feliz y que se llenó de muertos, y esos muertos que ocuparon su vida y su sueño después del casamiento, los hijos y el divorcio.
Sentada en el borde de la bañera y desnuda, Ana llora como si fuese una niña. Ha comprendido de un solo golpe brutal que su historia y la de los suyos después del matrimonio y la maternidad no tiene imágenes guardadas en el antiguo álbum fotográfico. Sólo están en su a veces perezosa memoria, y es, sospecha Ana, lo que en esta noche en Madrid vienen a reclamarle, tristes, dulces, como solían ser.
Soledad había sido siempre una amistad oculta. Ana la conocía desde los tiempos en que era su profesora de arte en la escuela secundaria pero, sin saber las razones que la llevaron a esa determinación, siempre la había escamoteado a la mirada de sus padres y luego de su marido. Esa decisión secreta y misteriosa, que Ana había vivido muchas veces como absurda y con culpa en su juventud, le había salvado la vida. Sabía por sus compañeros de trabajo, que después de la huida con sus hijos, su marido la había buscado con la policía y hasta con militares amigos, pero al desconocer la dirección de Soledad toda la búsqueda había sido estéril. Ana no había querido creer lo de la policía y lo de los militares pero una mañana que se había arriesgado a ir a los Tribunales donde trabajaba se encontró con su marido, sin que él la viese. Al recordarlo, el cuerpo de Ana también recordaba y se retraía sobre el sillón de Madrid donde se había arrebujado con una copa de brandy en la mano, como aquella mañana fría de agosto, en Buenos Aires, había reculado sobre sí misma, como si el cuerpo comprendiese lo que su mente todavía no admitía, prisionera de un miedo que pensaba excesivo y que, sin embargo, no podía dominar. Se sentía como frente a una seductora boa constrictor; deseaba huir y a la vez estaba paralizada. Cuando él, por fin, la vio, Ana supo que nunca más debía arriesgarse a estar frente a ese hombre que la había mantenido durante años y le había hecho dos hijos, ahora capaz de quitarle hasta la vida. "



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