La estrella negra (fragmento)Sven Elvestad
La estrella negra (fragmento)

"Harald Vik vio cómo el rostro descolorido del viejo ceniciento susurraba:
"El arma, la pistola-está en la cabina".
El desconocido tenía un aspecto alto y enjuto. Se acercó en apenas dos pasos. En un principio, estaba bastante molesto, pero parecía a punto de darse cuenta de con quién estaba tratando.
El anciano Harald Vik se retiraron lentamente, paso a paso, con los ojos fijos en el extranjero, que sostenía el arma en su mano alzada.
"Sigue", dijo el noruego. "Pronto nos encontraremos en el borde, entonces deberemos caer o rendirnos".
"Gracias a Dios"-murmuró el anciano-.
"¿Has dicho ´Gracias a Dios´?
"Sí, gracias a Dios, porque él nos está guiando".
"Pero eso es justo lo peor que podría suceder".
"No es lo peor. Ha visto nuestro escondite".
"Sí. Nos vio a los dos salir de allí".
"Debe morir-susurró el anciano con voz ronca-.
En sus ojos brilló el fuego del estremecimiento.
"Dese por muerto"-exclamó de pronto el desconocido, ladeando el revólver.
Los dos habían llegado al borde de la azotea, y el extraño estaba a apenas cinco pasos de ellos. Se acercaba más y más. "



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