La frontera (fragmento)Pascal Quignard
La frontera (fragmento)

"Era un excelente profesor de música. El señor Grezette tenía la costumbre, si se hallaba bajo los efectos del vino, de azotar a sus alumnos, cualquiera que fuera su edad, cuando no conseguía de ellos lo que esperaba. Al señor de Alcobaça y al señor de Jaume les agradaba ver cómo el señor Grezette azotaba a Luisa, y se reían.
La joven de Alcobaça había tenido también un compañero de juegos del que se había encariñado; se llamaba Afonso y era el hijo del intendente de la casa de Colares. Cuando Luisa cumplió trece años, a Afonso, en una capea, le había aplastado las glándulas de los genitales un toro que le había pisado salvajemente el vientre.
Esa vez había tenido suerte. A uno que llevaba el mosquete lo había matado en el acto. Era un toro muy bravo; su nombre era Iesu; aquel día se volvió inexplicablemente furioso y lo tuvieron que sacrificar. Luisa de Alcobaça se precipitó, fue corriendo hasta una carreta que había allí y en la que habían tendido el cuerpo de Afonso, quien todavía daba alaridos. Hacía tanto calor en la carreta que la habían cubierto con un cañizo. La joven estrechó contra su pecho a su amigo mientras el barbero le hacía una incisión en uno de los testículos y extraía la glándula aplastada. Aquella imagen la había impresionado mucho, así que solía compadecer a los hombres por la constitución con que la naturaleza los había dotado; no sólo por lo poco agraciada que era sino por la poca protección que les ofrecía. Después el barbero volvió a coser las bolsas en vivo. Afonso no gritó. Ella decía que en toda su vida jamás le habían estrechado la mano con tanta fuerza. Afonso murió en 1658 por la peste que causó estragos en Antalya, cerca de Estambul, donde se hallaba destinado como oficial de marina. "



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