Aguas primaverales (fragmento)Ivan Turgenev
Aguas primaverales (fragmento)

"La representación duró aún más de una hora, pero Sanín y la señora Polozoff no tardaron en separar la vista del escenario. Se reanudó entre ellos la conversación, siempre sobre el mismo asunto; pero aquella vista Sanín estuvo menos silencioso. Interiormente se sentía molesto contra sí mismo y contra la señora Polozoff, esforzándose en probarle la poca solidez de su "teoría": ¡como si a ella se le diese un ardite de teorías! Se puso a discutir con ella, cosa que la regocijó en sus adentros: cuando se discute, se hacen concesiones o se van a hacer. Ya no se alejaba del cebo, se amansaba, o por lo menos no era tan indómito. Ella le hacía objeciones, se reía, cedía, se quedaba meditabunda, atacaba de nuevo... y, entretanto, se acercaban poco a poco sus caras una a otra, y Sanín ya no volvía los ojos a otro lado cuando ella le miraba. Los ojos de la señora Polozoff parecían vagar con lentitud por todas las facciones de Sanín y éste, en cambio, le dirigía una sonrisa... galante, es cierto, pero a la postre una sonrisa."


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