La expulsión del infierno (fragmento)Robert Menasse
La expulsión del infierno (fragmento)

"Vio brillar las antorchas delante de los postigos y oyó fuera el alboroto de la muchedumbre que cantaba y gritaba encolerizada.
Era un cortejo fúnebre. El mayor cortejo fúnebre que jamás había recorrido las calles de la pequeña ciudad de Vila dos Começos, y también el más insólito: un cortejo fúnebre en el que nadie estaba triste.
Dos caballos negros, enjaezados con rosetas moradas, tiraban de un coche fúnebre en el que yacía un ataúd tan diminuto que parecía hecho para un recién nacido. Detrás, portando en alto un crucifijo que sostenía con ambas manos, desfilaba João de Almeida, el cardenal de Évora, de púrpura y con birrete rojo, y con la capa magna orlada de armiño echada sobre los hombros cuya cola llevaban cuatro canónigos ataviados con sotanas moradas. Le seguían los párrocos de Vila dos Começos y de las parroquias circundantes, que vestían negras sotanas, blancas albas y estolas de color morado. Los nobles, de terciopelo púrpura y con anchos cintos de piel, iban con la espada desenvainada y con la punta mirando hacia el suelo. Los representantes del Ayuntamiento y de la burguesía, todos de negro riguroso y tocados con grandes sombreros del mismo color , llevaban antorchas cuyo humo dibujaba un crespón alrededor del sol.
Toda esta pompa, propia de un entierro de Estado, no podía ocultar la rabia, el odio y la sed de sangre que flotaban en el ambiente. Casi todo Começos se hallaba presente en este cortejo fúnebre que acompañaba a un gato hasta su última morada. La gente no murmuraba oraciones, sino maldiciones. No juntaba las manos para orar, sino que sacudía los puños. Los rostros arrebolados, no por efecto del sol sino por el Bagaço de alta graduación, tampoco mostraban signos de tristeza sino ansias asesinas de saqueo y de pillaje. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com