La alegoría y la migración de los símbolos (fragmento)Rudolf Wittkower
La alegoría y la migración de los símbolos (fragmento)

"Las grandes civilizaciones de Europa y Asia son justamente contempladas como entidades proveedoras de características culturales propias, pero, en realidad, ejércitos conquistadores y grandes movimientos de poblaciones han convulsionado siempre la historia de esas zonas y han producido intercambios artísticos, técnicos e ideológicos que tienden a fusionar las culturas entre sí. El imperio aqueménida de Ciro el Grande (559-530 a.C.) se extendió desde la India hasta Egipto. Doscientos años después, Occidente se expandió y Alejandro abrió la misma parte de Asia a la colonización griega. A mediados del siglo III a.C. se invirtió el proceso: un pueblo del Asia central, los partos, se convirtió en dominador de Irán durante quinientos años, pero también tuvieron que medir su fuerza contra el poder romano. La cultura romana llegó a Afganistán y el valle del Indo. Los sucesores de los partos, los sasánidas (224-651), doblegaron a las legiones romanas e hicieron retroceder a Occidente en Asia Menor, Siria y Egipto. Durante este período de poder sasánida, el Imperio romano estuvo muy abierto a la penetración oriental. En el curso del siglo VIII, el mapa del Oriente Próximo se modificó, quedando irreconocible. Las tribus árabes habían irrumpido con una fuerza irresistible desde el interior de su península después de la muerte del Profeta, en 632, y en el período de un siglo invadieron no sólo los grandes territorios desde Persia e India hasta Egipto, sino que también continuaron a través del norte de África hasta España, que cayó en su mayor parte bajo el dominio del Islam. El mundo islámico adoptó la cultura persa, y los artesanos persas trabajaron para el conquistador islámico desde Samarcanda hasta Gibraltar. La faz de Asia cambió una vez más con la omniabarcante conquista mongola. Los descendientes de los mongoles, los emperadores Mughal, establecieron su soberanía sobre India y Asia central a principios del siglo XVI y siguieron siendo dueños del subcontinente durante más de trescientos años, mientras que, al mismo tiempo, las tribus turcas heredaban el Oriente Próximo, el norte de África e incluso gran parte de los Balcanes. No es extraño que los intercambios culturales y las influencias entre Oriente y Occidente sean infinitas. Los historiadores de la ciencia, de la literatura y de las lenguas comparadas han contribuido a desenmarañar esas influencias recíprocas. Las obras hindúes sobre matemáticas y medicina llegaron a la Córdoba musulmana y la Europa cristiana. "


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