El sueño enfermizo (fragmento)George Ade
El sueño enfermizo (fragmento)

"Un día un alma blanca y pura bordaba unos sonetos en su apartamento. Todas las cortinas estaban cerradas y se encontraba sentada a la sombra de una vela aguardando el advenimiento de su musa. Vestía una bata azul. De vez en cuando lloraba, secándose los ojos con un pañuelo rosa salmón, adornado con glorias matinales de color amarillo. Cualquiera diría, al mirarle, que se trataba de un ser delicado, semejante a una mascota.
Se pasó la mano izquierda por la frente y comenzó a escribir con un lápiz con mango de nácar sobre un papel de color rojo. Luego sonó el timbre de la campana. ¡Vaya con ese sonido inquietante! Justo cuando estaba empezando a sumirme en el vaporoso éter. Debería pedir a todos los vulgares comerciantes que entreguen todos los malvaviscos a la servidumbre a la entrada.
Comenzó a escribir de nuevo, reviviéndose a sí mismo al final de cada palabra, como si se tratara de sales aromáticas. No vio al artista que permanecía en la puerta.
El artista era una persona robusta, de tez cenicienta. Llevaba una cachiporra con la cabeza de un corcel grabada en ella. Con la intención de concitar la atención del Sr. Swinburne, silbó entre dientes, con lo cual el autor saltó sobre la mesa y cayó entre las alfombras, mientras susurraba lánguidamente "Madre, madre".
Ya basta -exclamó el artista-. ¿Qué sucede?
¡Me ha asustado!-dijo el autor sentado entre las alfombras. Justo cuando entró estaba escribiendo acerca de los Fays y los Elfins. Me encontraba en el profundo Greenwood, el césped aterciopelado acariciaba mi pálida mejilla y las hojas susurraban. "



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