El viaje de Kokoshkin (fragmento)Hans Joachim Schädlich
El viaje de Kokoshkin (fragmento)

"Después del viaje con Jakub Hlaváék sentía de repente una gran calma. El barco, una isla. Kokoshkin, inhallable. La perspectiva de una velocidad media constante. La evocación de las imágenes del pasado.
De vuelta en su camarote, Kokoshkin se puso el chaleco salvavidas siguiendo las instrucciones y se puso en marcha hacia la cubierta 7. Un sinnúmero de personas con chalecos rojos.
Lo que aprendieron los pasajeros: Hay que tirarse al agua sólo en el más extremo de los casos. Pero de presentarse ese caso, taparse la nariz y apretar la palma de la mano contra la boca. Con la otra mano apretar el chaleco del lado opuesto para que no se suba al chocar contra el agua.
Fijarse luego que no haya algo o alguien flotando en el agua justo debajo de uno.
Mirar ahora para adelante y avanzar.
Los pasajeros aprendieron también que la señal de emergencia es una sucesión de siete sonidos cortos y uno largo de la bocina del barco. Que en caso de que suenen hay que dirigirse a una Assembly Station, bien abrigado (no olvidar cubrirse la cabeza), con el chaleco puesto y con los medicamentos indispensables. Y que las Assembly Stations están situadas también allí, en la cubierta 7, donde están colgados los botes salvavidas, como cualquiera puede ver.
Cuando terminó el ejercicio, Kokoshkin fue a llevar el chaleco de vuelta al camarote. Junto a la puerta estaba la maleta.
Kokoshkin quiso ir otra vez a la cubierta 7, la cubierta de paseo, antes de desarmar el equipaje. Cada vez más gente se fue acercando a la barandilla junto con Kokoshkin.
Unos operarios del puerto, de chaleco amarillo, soltaban las cuerdas. A las 18:00, el barco se separó del muelle casi sin ruido.
Cena a las 20:30 en el restaurant Britannia. Vestimenta para la velada: informal.
Camisa o pulóver y pantalón largo. El saco no es obligatorio. ¿Y las señoras? Blusa o pulóver, falda o pantalón. Kokoshkin nunca usaba pulóver, y jamás iba sin saco a un restaurant.
Hora de dar unas vueltas por ahí. El Grand Lobby de seis plantas. Acceso a los Mayfair Shops a la altura de la cubierta 3. Hermès, Chopard, H. Stern, etc.
Kokoshkin miró los objetos con gusto. Joyas, relojes, perfumes, cosméticos, ropa, licores, tabaco. Todo a precios exorbitantes. Pero registró que las cosas no le interesaban realmente. "



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