Esquinas eran aquellas (fragmento)Jorge Castañeda
Esquinas eran aquellas (fragmento)

"Nunca sabremos si la esquina es un punto de partida o de llegada. Pero podemos afirmar que toda esquina que se precie cuenta con su ochava, su paredón, su almacén, su despacho de bebidas. Y antes, hace algunos años nomás, su farol –tal vez mortecino como dice algún tango- y porque no su buzón carmín como aquel que está en la letra del tango “Tinta Roja”, cuando las cartas eran palomas que iban y venían.
Ahora todo ha cambiado. Ya no están las barras de amigos pasando el tiempo en el ocio del barrio. Ni la figura de los guapos –que tanto inspiraran a Jorge Luís Borges y Evaristo Carriego- recortando su estampa en la sombra del paredón. El progreso que es inclemente trajo semáforos, carteles de propaganda, cocheras grises y anodinas y hasta algún cyber con su cultura mediática, enajenada y solitaria.
(…)
Ya no viene cansino el colectivo inclinando su estructura para frenar en ella y levantar a los pasajeros que viajaban al centro.
Ya no están mis amigos adolescentes de aquel entonces haciendo tiempo en ella antes de ir al fabuloso matinée que ofrecía a pocas cuadras el cine del club “Bella Vista”.
Se fueron aquellas del café con billares donde a través de sus vidrieras mirábamos la lluvia persistente y otoñal.
Las esquinas siempre tendrán la magia y la nostalgia de las cosas que se fueron con el paso de los años. Con sus portones, con su aroma a glicinas y cinacinas. Las esquinas fueron una parte importante de la vida barrial y bohemia. En alguna de ellas, inquietos por las primeras citas supimos fumar nuestros cigarrillos dibujando en el humo la impaciencia de la espera y en otras nuestra infancia ganaba el tiempo entre mandado y mandado jugando con los rebotes previsibles de las pelotas de goma.
¿Dónde estará aquel tiempo perdido al decir de Marcel Proust? ¿Se habrá marchado para siempre tal vez como el sonido sin adioses de los pasos cuando se dobla alguna esquina?
Esquinas y recuerdos que solo evocan la letra de los tangos y algunos poemas. Cosas del ayer, del tiempo de María Castaña, que se fueron y ya no están más. Y chau Pinela. "



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