Ondina (fragmento)Aloysius Bertrand
Ondina (fragmento)

"Me parecía oír una vaga armonía que encantaba mi sueño, y cerca de mí, derramarse un murmullo semejante a los entrecortados cantos de una voz triste y tierna.
¡Óyeme! ¡Óyeme! Soy yo, soy Ondina, que acaricia con estas gotas de agua los sonoros rombos de cristal de tu ventana, iluminada por los taciturnos rayos de la luna; y aquí está, con su vestido de moaré, la señora del castillo, que contempla desde su balcón la hermosa noche estrellada y el lindo lago dormido.
Cada ola es un duende que nada en la corriente, cada corriente es un sendero que serpentea camino de mi palacio, y mi palacio es una construcción fluida, al fondo del lago, en el triángulo del fuego, de la tierra y del aire.
¡Óyeme! ¡Óyeme! Mi padre mueve el agua que croa con una rama de aliso verde, y mis hermanas acarician con sus brazos de espuma las frescas islas de hierba, de nenúfares y de gladiolos, o se burlan del sauce caduco y barbudo que pesca con caña.
Una vez murmurado su canto, me suplicó que me pusiera su anillo en el dedo para convertirme en el esposo de una ondina, y visitar con ella su palacio, para ser el rey de los lagos. Y al responderle yo que amaba a una mortal, enfadada y llena de despecho, derramó unas cuantas lágrimas, soltó una carcajada y se desvaneció en forma de aguaceros que resbalaron, blancos, por mis vidrieras azules. "



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