Physica (fragmento)Hildegard von Bingen
Physica (fragmento)

"La lavanda o Lavendula vera es caliente y seca, y tiene muy poco jugo. No es buena para comer, solamente tiene un olor fuerte. Si alguien con muchos piojos huele frecuentemente la lavanda, los piojos se morirán. Su olor aclara los ojos [porque posee la fuerza de los aromas más fuertes y la utilidad de los más amargos. Por eso refrena muchas cosas malas y, debido a ello, espanta a los espíritus malignos].
La cicuta o Conium maculatum es caliente y tiene peligro en sí, de modo que, si alguien la come, destruye todo lo que había estado bien y correctamente establecido en su sangre y sus humores. Le causa derramamientos malignos, del mismo modo que las tormentas forman perturbaciones en el agua. Después de que la tormenta cesa deja las peores mucosidades y enfermedades en el hombre. Pero, quien ha estado gravemente herido por golpes de palos y garrotes, o quién se ha caído de una gran altura de forma que se han aplastado sus carnes y miembros, debe cocer cicuta en agua y después de escurrir y tirar el agua, ponerla encima de los miembros dañados. Ate un paño encima del área, y así se disiparán los humores que se han reunido allí, porque habitualmente la cicuta los destruye. Y todavía, si alguien tiene una hinchazón entre la piel y la carne por un impacto o golpe, debe calentar cicuta en agua y atarla encima de la hinchazón. La hinchazón desaparecerá. Si un miembro se hincha por alguna enfermedad sin causa externa, la hinchazón no se quitará con la cicuta. Si se pone cicuta sobre ese miembro, los humores que deben salir de la zona herida conducidos allí desde la carne, serían empujados peligrosamente hacia el interior de la persona.
El helecho o Aspidium Filix mas et femina es extremadamente caliente y seco y tiene sólo una pequeña cantidad de jugo en él. Mantiene dentro de sí grandes propiedades, concretamente un poder tal, que el diablo huye de él [incluso tiene cierta energía que es como la energía del sol. Como la luz del sol es a los lugares oscuros, así el helecho persigue las malas visiones, y desprecia a los espíritus malignos]. En el lugar donde crece, el diablo raramente practica sus engaños. El diablo evita y retrocede de cualquier hogar o lugar en donde haya helecho. El trueno, relámpago, y granizo raramente caen cerca de una casa donde hay helecho. También el granizo difícilmente cae en el campo donde esté creciendo. Las magias y encantaciones de demonios, así como las palabras y otras visiones diabólicas evitan a quien lleva un helecho con él. Si se prepara cualquier figurilla para herir o matar a alguien, no puede dañar al que tenga helecho con él. A veces se maldice a alguien través de una imagen, hasta el punto de ponerla enferma y perder la razón.
En el paraíso, cuando el diablo atrajo al ser humano, se hizo una cierta señal en el diablo para que permanezca en él, como un recordatorio, hasta el último día. Cuando alguien invoca al diablo por medio de ciertas fórmulas con las cuales se logran sus engaños, se llama a la señal que está en el diablo. Se le invoca a menudo para dañar a una persona, o para someter la voluntad de las personas sobre las que se pronuncian las palabras. A veces se bendice a un hombre a través de la figurilla que se ha hecho de él, y esto le proporciona prosperidad y salud. Sin embargo, el odio y la envidia hacen el mal, y el mal se une al mal. La maldad del diablo siempre está examinando a cada hombre, observando lo que los malvados ya han acumulado sobre él, y siempre agrega algo más.
Y lo mismo que el ser humano tiene tanto el conocimiento de lo bueno como de lo malo, las hierbas buenas y las malas fueron creadas para el hombre. La savia del helecho se ha puesto para contener la sabiduría, y en su naturaleza honesta, se encuentran la bondad y la santidad. Todas las cosas del mal y de la magia lo huyen y lo evitan. En cualquier casa donde esté, el veneno y las malas visiones no pueden completar su trabajo. Por lo cual, cuando una mujer da a luz a un niño, hay que poner helecho alrededor de ella, incluso alrededor de la cuna del infante. "



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