Sobre André Gide (fragmento)Léon Blum
Sobre André Gide (fragmento)

"El Sr. André Gide es un excelente escritor. Posee el talento y la ciencia natural para llevar el lenguaje a la cima. No es suficiente para mí subrayar que es el mejor escritor de su generación. Le debemos páginas perfectas que nadie más podría haber escrito. Deberíamos tomarnos tiempo para releer en "La travesía del Urien", las escenas que se desarrollan en el voluptuoso puerto donde embarcan los pasajeros, el baño de los marineros y cómo la enfermedad de Morgain es curada por las aguas del manantial. Es, sin duda, la prosa de un poeta, hermosa en su pureza, ritmos, oscilaciones y reflexiones, que nos hacen pensar en Browning o Shelley. Gide sabe como preservar la belleza literaria dentro de la exactitud de la abstracción. Él ama la vida, es curioso y tenaz en la observación de un alma y de un paisaje.
Pero su elevado pensamiento parecer estar siempre orientado hacia lo eterno. Y como el Sr. Gide es también un literato, ya que es innegable su amor por profundo amor por las letras y la creencia en sí mismo y en su obra, ¿cómo podríamos dudar de que algún día será uno de los pilares del pensamiento universal?
Hablo con total sinceridad, sin dejarme llevar por la vana ilusión o confundiendo lo que sé del Sr. Gide y lo que sus libros me han enseñado. Sé que "La travesía del Urien" puede parecer una alegoría oscura y fría. Incluso me resulta difícil seguir los detalles emocionales expresados por el contraste paisajístico y la simbólica representación del amor a menudo me desconcierta.
Un halo sombrío en ocasiones perturba la limpidez de "Paludes". Sin embargo, no me parece que después de haber leído estas dos obras, y siendo plenamente consciente de sus imperfecciones, no podemos pensar sobre Gide lo que ya he dicho anteriormente. Es una sensación difícil de argumentar con razonamientos, pero que se alza espontáneamente. Si los dones y talentos del Sr. Gide son superiores a las obras de su autoría, al menos predicen las otras bellezas que un día nacerán.
Voy a hablar de nuevo del Sr. Gide y sé que todo juicio es prematuro acerca de una vida literaria apenas incipiente. Lo único que no admite duda es que va a ser grande, aunque no podamos precisar en qué fase de su evolución se encuentra. A pesar de que "La travesía de Urien" y "Paludes" son en sí mismos dos libros hermosos y esto es lo que debe especialmente aleccionarnos. Se trata de libros viejos y distantes entre ellos por un buen lapso de tiempo y por la naturaleza del pensamiento. No obstante, la última parte de "El viaje de Urien" anuncia "Paludes", y lo que es más, las conclusiones de estos trabajos tan variados son idénticas. Urien y sus alegóricos compañeros habiendo partido hacia la acción y la fama, concluyen su viaje desencantados entre algas marinas y los helados desiertos del polo. ¿Qué es lo que consiguen? ¿Dónde radica su gloria? ¿Su virtud estéril fue abstenerse a las tentaciones? ¿Cuál es la idea del triste héroe de "Paludes"? Nuestra vida es monótona, aburrida y limitada. "



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