Teoría del poder político y religioso (fragmento)Louis de Bonald
Teoría del poder político y religioso (fragmento)

"Estos hombres, a los que los germanos llamaban esclavos, siervos, porque no tenían ninguna expresión para designar este tipo de compromiso que ellos no conocían, exactamente, no eran más que colonos parciales. Estos esclavos, que cultivaban para ellos mismos la propiedad de su amo, y que combatían con él para defender su propiedad común, pasaron a ser en Europa labradores, cuando la reunión de la religión cristiana con la sociedad política, para formar la sociedad civil, ha hecho necesario este desarrollo. Unas tierras que el esclavo trabajaba pagando una renta a su amo, el vasallo las ha trabajado pagando una renta a su señor. En la época en la que tuvo lugar la penetración de los germanos en las Galias, la propiedad dada por el poder de la sociedad, a título de beneficio o de manera vitalicia, a los jefes particulares fue distribuida por éstos, bajo las mismas condiciones, a los soldados que habían traído de Germania, o a los galos que estaban colocados bajo sus banderas para escapar de la tiranía de los romanos; esta propiedad, digo, pasó a ser fija y hereditaria a favor de los jefes o de sus soldados. Tanto los unos como los otros han estado atados a la gleba, es decir, se les ha puesto en posesión de una propiedad determinada, inamovible, que poseían a cambio de un servicio militar para el Estado. Éste es el origen del feudalismo, cuya historia han atormentado de cien maneras diferentes la ignorancia o el falso saber. La naturaleza, a través de una sublime institución, encontró el secreto para doblar, sin agrandar el suelo, la propiedad territorial, la única que la sociedad debía conocer, y ésta proporcionó el tipo de función de cada uno en la sociedad. Al noble, al que ella llamaba para defender a la sociedad, y que debía estar siempre dispuesto para cumplir este destino, le dio una propiedad sin trabajo que pudiera mantenerle en un sitio fijo; al pueblo, cuyas pasiones era necesario contener, le dio una propiedad con trabajo que pudiera ocuparle. A uno le atribuyó ciertos honores que pudieran marcar la utilidad de sus funciones en el orden social; al otro le obligó a ciertos deberes que le acostumbrasen a respetar a aquél al que debía obedecer; y, para dar un solo ejemplo al respecto, el derecho de caza, útil para el noble al que ella entrenaba, funesto para el campesino al que ella distraía, fue, mediante la ley, reservado para uno, y arrebatado al otro. "


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