Ayoras falsos (fragmento)José de la Cuadra
Ayoras falsos (fragmento)

"Parecía reconcentrado, y su rostro estaba ceñudo, fosco. Pero, esto era sólo un gesto. En realidad, no pensaba en nada, absolutamente en nada.
De vez en cuando se detenía, cansado.
Escarbaba con los dedos gordos de los pies el suelo, se metía gruesamente aire en los pulmones, y lo expelía luego con una suerte de silbido ronco, con un ¡juh! prolongado que lo dejaba exhausto hasta el babeo. Enseguida tornaba a la marcha con pasos ligeritos, rítmicos.
Al llegar a la plaza se sentó en un poyo de piedra. De la bolsita que pendía de su cuello, bajo el poncho, sacó un puñado de máchica y se lo metió en la boca atolondradamente.
El sabor dulcecillo llamóle la sed. Acercóse a la fuente que en el centro de la plaza ponía su nota viva y alegre, y espantó a la recua de mulares que en ella bebía.
-¡Lado! ¡Lado! -gritó con la voz de los caminos- ¡Lado!
Apartáronse las bestias, y el indio Balbuca pudo meter en el agua revuelta y negruzca su mano ahuecada que le sirvió de vasija.
-¡Ujc!...
Satisfecho, se volvió al poyo de piedra...
Estúvose ahí tres horas largas, sin un movimiento que denotara aburrimiento siquiera, con los ojos fijos en sus pies descalzos, sobre los cuales revoloteaban las moscas verdinegras de alas brillantes y rumorosas. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com