Ocaso "¡Qué grato era aquel Joven y qué lleno de savia! ¡Tan ávido de vida!… Y tan dulce en su sueño. ¡La cabeza qué altiva o inclinada con gracia! ¡Husmeando el amor!… que tristemente pasa. ¡Era un don Nadie!… –Pero de pronto ha visto cómo Le sonríe a la vuelta sin rencor la Fortuna; Ya no sonreirá como otras veces; sabe Cuánto cuesta todo eso y cómo se consigue. Su corazón ha echado panza y saluda en prosa. Se cotiza muy caro… es alguien este Dios; Ya no va con las manos, sin nada, en los bolsillos.. En su gloria que lleva como un abrigo fúnebre, Lo reconoceréis banal, vacío, célebre… Lo reconoceréis, a este desconocido. " epdlp.com |