Memorias de una viuda (fragmento)Joyce Carol Oates
Memorias de una viuda (fragmento)

"En los días inmediatamente posteriores a la muerte de Ray, me sentía como materia inerte bombardeada por ondas radiactivas, cada minuto una revelación aguda y profunda, ¡revelaciones de vértigo!, salvo que se evaporaban y desaparecían casi de inmediato.
¡Así que esto es la vida! ¡La vida está... limitada por la muerte!
¡La gente se muere! ¡La gente se muere y desaparece! ¡Todos vamos a morir!
Todos sufriremos, y todos...
Es una lástima, se podría decir que es injusto, que las revelaciones más desgarradoras sean completamente banales y corrientes. Así que la viuda debe afrontar el hecho de que, aunque está conmocionada hasta las raíces de su propio ser, y la claridad de la pena la inunda a intervalos irregulares, frecuentes e impredecibles, lo único que puede saber de la experiencia es una serie de palabras conocidas.
... sufriremos, y todos moriremos. Y...
Sólo que ahora, volviendo al hotel, con el cielo ya oscuro, lleno de nubes tormentosas y gordas del color de las ollas manchadas, y la espuma de color plomo, toda esa seguridad se ha difuminado, y toda esa alegría espuria, y las ideas que me asaltan ahora son despreciativas, deprimentes: «¡Tú! ¡Eres ridícula! Tratando de animarte a ti misma cuando el único dato significativo de tu vida es que estás sola. Eres una viuda y estás sola. No estás preparada para estar sola porque creías que te iban a amar, proteger y cuidar para siempre. Pero ahora eres una viuda, lo has perdido todo. Tu corazón no está roto sino marchito. Haces el ridículo volando a todas partes, dando "charlas", "lecturas", porque tienes terror de quedarte en casa. Tienes terror de leer la novela de Ray porque tienes terror de descubrir en ella algo que te altere. Eres demasiado cobarde para quedarte en casa, intentar trabajar, escribir, tienes terror de no poder. Eres una fracasada, eres una mujer sin amor que ya no es joven, no vales nada, eres escoria. Y eres ridícula. "



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