La aduana del mar (fragmento)Jean D'Ormesson
La aduana del mar (fragmento)

"La familia de Ommar había tenido que emigrar a Siria desde Turquía, durante la masacre armenia de principios del siglo XX. Su padre, ferviente opositor de las políticas genocidas otomanas, intentó proteger a la comunidad víctima de la persecución y fue acusado de traición. Expulsado del país, se refugió en Alepo para garantizar su seguridad, evitando la horca a la que, de haberse quedado, hubiera sido condenado junto con su mujer e hijo.
Al salir de los puestos de control aduanal y migración del aeropuerto internacional de Damasco, Wissam vio a lo lejos a los dos hombres. Al leer el letrero con su nombre que levantaba Ommar sobre su brillante y roja cabeza, pensó:
—¡Maldito Hollywood!
En los cuarenta minutos de trayecto del aeropuerto a la casa de su madre, la nueva, Wissam respondió a una veintena de preguntas que los sirios le hicieron de forma casi burlona, como si viniera de un planeta extraño del que ninguno supiera algo, y posiblemente era así; en esas zonas, como ocurre en cualquier extremo del planeta desde que éste se descubrió redondo, sus habitantes están menos que enterados de la forma de vida en las latitudes contrarias. No se trataba de cuestionamientos hechos a la ligera que buscaran averiguar cómo era la vida en México, sino de una curiosidad auténtica que afirmaba el carácter hermético del país y dejaba notar cierto aire de superioridad, impregnado en la población gracias al trabajo de propaganda interna del Estado, que había logrado hacerlos pensar que estaban muy por encima de las trivialidades occidentales. Poco tiempo le tomó a Wissam darse cuenta de que esa afirmación tenía algo de cierto. "



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