En busca de lo ordinario: líneas del escepticismo y romanticismo (fragmento)Stanley Cavell
En busca de lo ordinario: líneas del escepticismo y romanticismo (fragmento)

"Me sentí complacido por el estudio de Robert Mankin "Una introducción a La reivindicación de la razón" desde el primer momento que lo leí, hace algunos años, cuando estaba preparando "Emerson, Coleridge, Kant", que constituye el capítulo 2 del presente volumen. Revisando ahora este capítulo, me sorprende su correspondencia con lo que decía Mankin, y aprovecho la ocasión para decírselo y darle las gracias. Ese ensayo mío está modulado especialmente por dos líneas de la indagación de Mankin, que podría formular grosso modo al filo de las siguientes cuestiones: (1) ¿Qué presagia sobre lo que yo quiero decir cuando digo "literatura" que mis instancias de ese concepto sean tan a menudo obras de Shakespeare o de lo que se llama romanticismo; y en particular, qué tienen que ver dichas instancias con el tema más o menos implícito de la relación (si ésa es la palabra) entre filosofía y literatura, que se repite, e incluso se elabora, en La reivindicación de la razón? (2) ¿Qué es lo que produce las repetidas confesiones o acusaciones del libro, tal vez no todas igualmente importantes o precisas, acerca de que uno se ve "forzado" o "empujado" a ciertos (¿ciertas modificaciones de?) conceptos?
Sobre (1). En "Emerson, Coleridge, Kant", tomo el romanticismo para señalar la lucha (moderna) de la filosofía y la poesía a favor y en contra la una de la otra, a favor y en contra de la continuación de su propia existencia. Por qué se da, o llega a darse, semejante lucha es una cuestión, como queda implicado en dicho escrito, tanto filosófica y poética como histórica. La causa es algo a lo que yo asigno, o hago extensivo, el nombre de escepticismo. Mi último capítulo "Extrañados, reajustándonos", del que esta nota es un apéndice, abunda en esta manera de ver las cosas. Este capítulo descubre en Poe (y sugiere que puede encontrarse en Hawthorne), en otro lado de la mente romántica americana distinto del de Emerson y Thoreau, que la filosofía experimenta un proceso que describo como "convertirse en literatura". (Entonces, ¿en qué se convierte la literatura?) Aunque unas incursiones tan limitadas como las expuestas apenas habrán de contar como respuestas a cuestiones referentes a la relación entre filosofía y literatura, espero que cuenten como preparación para semejantes respuestas.
Sobre (2). "Emerson, Coleridge, Kant" ofrece además una discusión del verse "forzado" o "empujado", a lo largo de sus discusiones del ensayo "Destino" de Emerson y de las historias de Kant y Coleridge en las que se transgrede una "línea". "Extrañados, reajustándonos" amplía la discusión alineando esta cuestión de la transgresión con ciertas palabras de Poe sobre la "perversidad", palabras interpretadas mediante un concepto que construyo desde la práctica de Poe y que llamo los demonios de las palabras. "



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