Vivir juntos "Hablando de maravillas, vivo junto contigo, cuando podría haber vivido con otro cualquiera, cuando podría haber sido la mujer de Abelardo o la fulana de un papa del Renacimiento o la esposa de un campesino sin comida suficiente ni suficiente amor, mis niños muertos por la plaga. Podría haber dormido en una alcoba cerca del hombre de la nariz dorada que apunta a las estrellas, o haber cosido una bandera estrellada para un general con dientes de madera. Podría haber sido la Pocahontas ejemplar o una mujer sin nombre llorando en la cama del Amo por mi marido, cambiada por una mula, hija mía, perdida en una apuesta borracha. Podría haber sido amarrada al palo de un tótem para apaciguar a un dios vengativo o abandonada, niña sin provecho, a la muerte en el acantilado. Me gusta pensar que podría haber sido Mary Shelley enamorada del ángel insidioso, o la amiga de Mary. Podría haber sido tú. Este poema no tiene fin, las probabilidades en contra nuestra son interminables, nuestras oportunidades de vivir juntos estadísticamente inexistentes; aún así lo hemos hecho, vivir en un tiempo en que racionalistas de ajustados sombreros y destocados Testigos de Jehová están de acuerdo en casi todo, vivir con nuestros niños vivaces quienes —para los interminables si— podrían haberse perdido el vivir juntos con maravillas y locuras y anhelos y engaños y deseos y error y humor y compasión y viajes y voces y rostros y colores y veranos y mañanas y conocimiento y lágrimas y azar. " epdlp.com |