El color (fragmento)Rose Tremain
El color (fragmento)

"Por respeto hacía ellos, debía coger las riendas y ordenar al caballo que avanzase. Ella, sin embargo, no quería moverse, no quería unirse al almuerzo y a la pesca. Quería permanecer donde estaba. Quería que llegase el crepúsculo y luego la oscuridad. Quería cabalgar toda la noche, escoltada en silencio por las estrellas.
[...]
Pero de la misma manera que no estaba preparado para dejar su huerto por el oro, tampoco estaba preparado para dejar su soledad por Paak Mei y Paak Shui. Se los imaginaba en su mundo, se los imaginaba con afecto viviendo en aquella tierra alrededor del lago, donde los búfalos de agua se movían tan despacio bajo el arado que, mirados desde lejos, parecían no moverse en absoluto. Podía oír el gorgoteo y la llamada de las ranas verdes desde los campos de arroz, bajo una capa de cielo gris marino. Podía ver las colinas detrás de los campos de arroz, repletas de tumbas. Podía oler los árboles del sebo. Podía ver a los hombres del pueblo, sus viejos amigos; y oía el clic-clic de las carretas de una sola rueda sobre el abrupto pavimento de las calles. [...] Cuando llegó al lugar donde había estado la casa de adobe, vio que la hierba se había extendido, alta y verde, en torno al viejo fogón, como si intentase ocultar aquel vergonzoso invento humano para que los vientos no pudiesen verlo más y no intentasen destruirlo, sino que se limitasen a bramar junto a él y a seguir su camino. "



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