Ludwig van Beethoven (fragmento)Jean Massin
Ludwig van Beethoven (fragmento)

"Hay pocos años en que hayamos tenido tantos documentos como en 1816 y 1817, y también pocos años en que la vida de Beethoven sea tan vacía exteriormente. Se ocupa de su sobrino, está siempre enfermo y su producción musical se detiene: en abril de 1816 termina los lieder A la amada lejana; al final de 1816 termina la Sonata opus 101; esto es lo más notable que hay hasta el mes de mayo de 1818.
El 9 de enero, el tribunal de la Baja Austria nombra a Beethoven tutor único de Karl. Su primera preocupación es encontrar un colegio donde poder meter interno a su sobrino. Uno de sus amigos, el periodista Karl Bernard, al que encontramos a menudo en los años siguientes, dirige su elección hasta el Instituto Giannatasio del Rio.
Español de nacimiento, casado con una italiana, Cayetano Giannatasio del Rio había fundado en Viena en 1798 un colegio que tenía muy buena reputación. Tenía dos hijas: Fanny y Nanni. Nanni era muy bonita; Fanny lo era menos; fue ella la que casi enseguida se prendó de Beethoven. Amaba la música apasionadamente; y mientras Beethoven, atareado con su sobrino, no dejaba sus problemas y sus discusiones nada más que para bromear con Nanni, Fanny, silenciosa y discreta, recogía en su diario todo lo que se refería a él.
385/25 de enero de 1816. ¡Me gustaría tanto contar a Beethoven entre mis amigos! ¡Si tuviera la esperanza de poder alegrar algunas horas de la vida de este hombre, que ha despejado ya de la mía tantos oscuros nubarrones!... ¿Qué cosa más natural, después de todo, si siento mi alma conmovida por sus desgracias?
30 de enero. Estos días el recuerdo de Beethoven (debo decir la espera de su sobrino) era tan fuerte que casi estaba avergonzada... Imposible en estos momentos pensar en otra cosa que en la gloria de haber conocido a Beethoven. Ha pasado toda la velada cerca de mamá y de mí, y en este tiempo ha dado pruebas de unos sentimientos nobles y delicados.
Diario de Fanny G. del Rio.
Mucho menos romántico, Beethoven escribe, aproximadamente en el mismo momento, al padre, Giannatasio del Rio:
386/Señor:
Os comunico con verdadero placer que mañana conduciré, al fin, hasta vuestra casa, el querido tesoro que me ha sido fiado. Por lo demás, os pido otra vez que no dejéis absolutamente ninguna influencia a la madre, sea cual sea el modo y el lugar en que ella quiera verle [...]. Podéis hacérselo saber también a vuestro criado, pues el mío se ha dejado sobornar por ella, aunque sólo haya sido en una ocasión. De viva voz os diría más, aunque sobre esto prefiero el silencio, -solamente, por vuestro futuro pensionista, necesito haceros esta triste confesión [...]
Beethoven.
Segunda preocupación, menos urgente pero más esencial: encontrar un profesor de piano a Karl.
Beethoven había elegido al único alumno que le quedaba en Viena, Czerny. Con él Beethoven no se enfada jamás, salvo algunos brotes; pero su susceptibilidad financiera, unida a las quejas sobre su pobreza, vuelven la situación delicada.
387/Mi querido Cz.:
Tened la bondad de remitir esto a vuestros padres por la cena del otro día; no puedo aceptarlo bajo ningún concepto. Exijo también rigurosamente que vuestras lecciones sean retribuidas. Hasta las que ya habéis dado deberán ser tenidas en cuenta y os serán abonadas; simplemente os pido que tengáis paciencia en este momento, pues es imposible todavía reclamar nada a la viuda; tenía y tengo aún muchos gastos; pero no es más que un préstamo por el momento [...].
Beethoven.
A finales del mes de febrero, el 28, Beethoven escribe a Ries:
388/Desde hace algún tiempo no me siento bien; la muerte de mi hermano ha influido en mi corazón y en mis obras.
-La muerte de Salomón [su compatriota de Bonn] me ha causado mucha pena, pues era un hombre digno, al que recuerdo desde mi infancia. Sois su albacea testamentario, y yo, al mismo tiempo, tutor del hijo de mi pobre hermano difunto. Es difícil que tengáis tantos problemas como he tenido yo con su muerte; pero tengo el dulce consuelo de salvar a un pobre niño inocente de las manos de una madre indigna [...]
Beethoven.
Entonces escribe en su diario (probablemente a principios de 1816):
389/Una tierra de labranza y todos sus problemas quedarían atrás.
Beethoven.
390/"Consideremos las dificultades de la existencia que jalonan nuestro camino como las guías hacia una vida mejor".
Cita, sin duda, de un filósofo antiguo, copiada por Beethoven.
391/¡Desde ahí arriba mírame, hermano mío! Sí, te he llorado y te lloro todavía. ¡Oh! ¡Por qué no fuiste más sincero conmigo! Vivirías todavía, y a buen seguro no habrías muerto tan lamentablemente si... habiéndote alejado antes [¿de tu mujer?], te hubieras mantenido en una mayor intimidad conmigo.
Beethoven. "



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