Remedio para melancólicos (fragmento)Ray Bradbury
Remedio para melancólicos (fragmento)

"De pronto, un cielo azul se abrió sobre Londres. La población, sorprendida, se precipitó a la calle, deseosa de ver, hacer, comprar alguna cosa. Los ciegos cantaban, los perros bailoteaban, los payasos cabriolaban, los niños dibujaban rayuelas y se arrojaban pelotas como si fuera un tiempo de carnaval.
En medio de todo este bullicio, tambaleándose, con las caras encendidas, Jamie y el señor Wilkes transportaban a Camillia, que navegaba como una papisa allá arriba, en la cama-berlina, con los ojos cerrados, orando.
-¡Cuidado! –gritó la señora Wilkes-. ¡Ah, está muerta! No. Allí. Bájenla suavemente...
Por fin la cama quedó apoyada contra el frente de la casa, de modo que el río de humanidad que pasaba por allí pudiese ver a Camillia, una muñeca Bartolemy grande y pálida, puesta al sol como un trofeo. "



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