El voto del caballero (fragmento) "Marta.- No debisteis cenar tanto que suele ser indigesto. Rodrigo.- ¿Qué queréis? Comiendo mucho logro adormecer el fuego de las pasiones. El alma no es más que el forro del cuerpo; si usáis la tela por fuera y el forro lleváis por dentro, aunque la tela se gaste el forro se queda nuevo. Así yo gasto el estómago y el espíritu conservo, al menos en la teoría, porque en la práctica, al veros, yo no sé lo que me pasa... Marta.- ¿Sabéis que casi sospecho que no os soy indiferente? Rodrigo.- (¡Adiós, ya pareció aquello!) Marta.- Hablad. Rodrigo.- ¿Y de qué he de hablaros? Marta.- ¡Toma! De vuestros proyectos. Rodrigo.- ¿Qué proyectos? Marta.- Vuestras miras sobre mí. Rodrigo.- ¿Sobre vos? Marta.- Creo que os corresponde empezar el asunto, digo, a menos que no queráis que yo sea quien os pida en casamiento. Rodrigo.- Marta, sois una gran obra, un riquísimo compendio encuadernado a la rústica, pero de admirable texto. (Con pasión.) ¿Queréis que yo os deletree? ¿Seréis mi esposa? Marta.- Primero es ver lo que al matrimonio cada cual aportaremos. Rodrigo.- Pues veámoslo. Empezad. (Con arranque melodramático.) Marta.- Yo os traigo un tesoro inmenso... Rodrigo.- (Con alegría.)¡Hola! Marta.- (Con naturalidad.) De inocencia. Rodrigo.- (Con desencanto.) ¡Ah, ya! ¿Y no me traéis más que eso? Marta.- Guardo, además, cien doblones. Rodrigo.- No es que yo quiera dinero, pero nunca está de más. Marta.- Ahora decid vos qué medios de subsistencia tenéis. " epdlp.com |