El otro mundo (fragmento)Sony Labou Tansi
El otro mundo (fragmento)

"Instructor. ¡Bueno, señores! La lección de esta mañana será la reverencia. La reverencia, distinguidos señores, es el centro de la gravedad de cualquier asunto real. Lo ideal es que su majestad realice los diversos gestos de todo corazón. (Interpreta) ¡Majestad, Majestad! Hemos de sentir en cada gesto que está dispuesto a conducirse como un Rey. (A Foiret) ¿Os gustaría intentarlo, Príncipe?
Foiret. ¡No, querido señor! Yo le ofrecería a su majestad algo más que un simple gesto. Además mis viejos y cansados huesos no me permitirán impulsarme más allá de los límites impuestos por la carne.
Instructor. El arte de complacer al monarca es como el arte de complacer a una mujer: siempre habéis de inclinaros por la mitad ante ellos. (Interpreta) ¡Majestad! Sabed que hay tanta gente alrededor que vela por el Rey como perros en busca de su hueso. El gesto, querido Príncipe, el gesto ante todo.
Marqués de Poinçon. ¡El corazón representado por el gesto!
El Duque de Vouincy. Nosotros éramos felices con la República.
Marqués de Poinçon. ¡Nos llevaremos bien con la nobleza! Me veo a mí mismo como una reserva veraz de la nobleza y la fidelidad al Rey.
Instructor. Siempre el paso de la salamandra: el pie izquierdo más voraz que el derecho. ¡Atención, caballeros! ¡Los muslos un poco carnívoros, el cuello mongol y los pies absolutamente científicos!
El Rey. ¡Entre, doctor! ¡Le he estado esperando! (Saluda al galeno) ¿Cuándo será la siguiente intervención?
Doctor. Su Majestad ha de aguardar a los resultados de las pruebas efectuadas la última semana.
El Rey. ¿Podría ser cáncer?
Doctor. ¡No, Majestad!
El Rey. Le contaré un secreto, doctor. No quiero morir. (El doctor permanece en silencio) No quiero debatirme por causa de esta estúpida carne. Apenas he cumplido treinta años. ¡Tengo derecho a vivir! No quiero agonizar por causa de la proliferación de células incontrolables. El mundo es demasiado hermoso: ¡Me encanta oler un millón de cosas y servirme de mis pulmones! (Pausa) ¿Al menos no es cáncer?
Doctor. No, Majestad. Es una enfermedad que aún ha de ser definida.
El Rey. Dese prisa, doctor. Haga todo lo necesario y entienda a un pobre hombre, una pobre carne que tiene miedo y se aferra a la vida.
Doctor. Sí, Majestad. Sí (Examina al Rey) ¡Saque la lengua, Majestad! ¡Déjeme ver la garganta! ¿Siente dolores en la espalda por la noche?
El Rey. ¡Un dolor infernal! He visto a personas fallecidas, unas crudas y otras cocinadas, y no he encontrado mi lugar entre ellos. El dolor sobreviene a menudo aquí, en este punto. Luego, siento que me arde el estómago y tengo la sensación de que empuja hacia afuera.
Doctor. Tosa, Majestad (El Rey tose) Escupa. Ahora inspire rápido y profundo. Siéntese, levántese, corra un poco.
El Rey. Es ridículo que la muerte de un hombre provenga de la sangre de su estómago.
Doctor. Majestad, no morirá. Le prometo que se recuperará.
El Rey. ¿Una mejoría completa, doctor?
Doctor. Totalmente, Majestad (Pausa) Hemos terminado por hoy. Pero ha de seguir una dieta carente por completo de pescado, carne y picante. Una dieta basada en ensaladas. Sea prudente, Majestad: nada de alcohol. Un sorbo y firmará su condena de muerte. (El Rey grita presa del pánico hasta que le inyectan un calmante y deja de gritar). "



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