Los Dioses de sí mismos (fragmento)Juan Jesús Armas Marcelo
Los Dioses de sí mismos (fragmento)

"Sabía de sobra que los revolucionarios más inteligentes -los imbéciles son mayoría, pero no tenía ningún interés por ellos- llegan a poseer un conocimiento de las leyes de la sociedad de una riqueza y precisión tales que les sirve para alcanzar el éxito cuando cambien de bando -incluso si ello se produce por razones perfectamente respetables- en el enfrentamiento social intrínseco e indispensable de una sociedad democrática de masas y mercado. Jorge Semprún.
En las aulas de los exámenes, repetitivos y distorsionados por los últimos acontecimientos, hacen los estudiantes el peor servicio con el que hasta ahora se han enfrentado. Son los exámenes finales de la carrera para toda una promoción de pájaros altivos, de rebeldes que han asomado la cabeza por encima de lo que es permisible. Y ahora hay que darle leña al mono hasta que hable inglés, hasta que se asfixie en el interior del potro de tortura que representan los exámenes finales de la carrera. Marcelo Rocha, por ejemplo, ha estudiado durante los últimos veinte días todo lo que, por una razón o por otra, había olvidado a lo largo del curso. Aníbal González ha sufrido vértigo inédito hasta encontrar al compañero que ha hecho de buen samaritano. Le ha prestado los apuntes primorosamente escritos a máquina, subrayados en rojo los párrafos más importantes de las disciplinas y asignaturas con las que ahora se está enfrentando entre sudores estivales y nervios de catecúmeno en puertas de salir del huevo universitario y lanzarse a la lucha de la calle, a la supervivencia y a la competitividad de una vida distinta. Juan Albarenga ha desaparecido del grupo, como un diablo que hubiera huido del cielo después del fracaso sufrido en la lucha final. Tal vez, piensa Marcelo Rocha, no ha querido enfrentarse con esta otra realidad que es el papel en blanco de los exámenes, las preguntas a las que hay que someterse para saltar por encima de todo y encontrarse, finalmente, al otro lado del mundo, aunque sea en efecto para decir adiós a todo esto, para escaparse de las aulas y encontrarse envuelto en otro universo bien distinto, diferente totalmente al del campus y las aulas universitarias. "



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